El Bronco ya se veía recibiendo atención de primera en hospital privado… pero las autoridades del penal de Apodaca consideraron que no hacía falta. Ahora hasta con denuncia penal van a salir.
El fin de semana, la defensa del exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, presumió que su cliente se iba a checar en un hospital privado. Según, desde se aprehensión el exmandatario ha presentado problemas graves de salud.
De acuerdo con un comunicado difundido por los abogado del Bronco, por orden del juez José Antonio Almaguer, su cliente iría a revisión al Doctors Hospital … sin embargo, las autoridades del penal de Apodaca acabaron mandándolo a un hospital público (el Universitario, según indica Aristegui Noticias)… y bueno, muchos dirán atención es atención, pero no así la defensa del Bronco. Eso, ir contra lo que ordenó un juez, es desacato, mano.
“Esa reprobable situación ha motivado que la defensa del exgobernador, no tenga mayor opción de acudir a denunciar penalmente esos injustificados hechos, y acudir a todas las instancias jurisdiccionales para remediar esa circunstancia que sin duda es contraria a derecho”, señala el comunicado.
El traslado del Bronco al hospital privado se justificaba por las complicaciones que ha presentado el exgober en las últimas fechas. De acuerdo con los abogados, Rodríguez Calderón padece de hipertensión, resistencia a la insulina y, además, presenta cuadro de diverticulitis aguda. Para la atención de tanto padecimiento se requería su hospitalización y valoración integral… ah, pero en un nosocomio privado.
“La condición médica de Jaime Rodríguez Calderón se encuentra al margen de los procedimiento judiciales que se le siguen de manera ilegitima”, aclaran los abogados del Bronco. “Claramente tiene los derechos humanos, fundamentales y convencionales para luchar por su salud”.
Además de acusar a las autoridades del penal de Apodaca, la defensa del exgobernador de Nuevo León señala directamente al Ejecutivo de la entidad (o sea, a Samuel García) del trato que se le da a su cliente.
Lo que Samuel García tiene con El Bronco es “una actitud de incuestionable y lamentable persecución política y de venganzas personales o mediáticas (…) queremos procedimientos penales apegados a estricto Derecho, en los que se cumplan las resoluciones del Poder Judicial, y se ennoblezcan los principios de legalidad, presunción de inocencia y debido proceso”.
