Ay Satélite, cada que tenemos que hablar de este maravilloso lugar ubicado en Naucalpan de Juárez, es para contar historias dignas de un facepalm monumental. Si se preguntan, qué fue exactamente lo que sucedió en esta ocasión, la respuesta es sencilla: ya hay gasolinera extranjera, “fresona” y por supuesto, ya está saturada por toda la “gente bien” de los alrededores.
Automovilistas saturan primer gasolinera de Combustibles BP en Satélite. Edecanes ofrecen café y agua por la espera pic.twitter.com/56KfnPV2zf
— poloespejel (@poloespejel) 19 de marzo de 2017
Desde el pasado 8 de marzo, las instalaciones de Combustibles BP ubicadas frente a las Torres de Satélite, han estado abiertas y ofreciendo sus servicios a las población local. Como el establecimiento es el primero de su clase con inversión extranjera, pues obviamente todo el mundo quiere ir a comprar su gasolina ahí, aún cuando los precios no sean más bajos, no ofrezcan litros extra y el exceso de clientela esté tapando la circulación de Periférico Norte.
Porque ya saben, la curiosidad de la banda en Satélite es imparable…
Y bueno, las personas están súper emocionadas porque finalmente pueden hacerse de su “gasolina inteligente”, pero tal vez se les fue la onda con cierta historia oscura que involucra a British Petroleum, la empresa responsable de este local.
Un apocalipsis ambiental de hace siete años
En 2010 ocurrió un suceso lamentable en el Golfo de México: un derrame petrolero en la plataforma Deepwater Horizon que no sólo se cobró la vida de varios trabajadores, ya que también fue considerado como uno de los desastres ambientales más grandes en la historia del Golfo. Todo este asunto fue responsabilidad de British Petroleum; pero no hay de qué preocuparse, porque hay gente que lo sigue limpiando y toda la flora y fauna del lugar no está sentida con nosotros.
No dudamos que después llegue alguien y empiece a decir “Pero es que BP nos vende tecnología en su gasolina”, y aunque no queremos reventar su burbuja de ilusiones, tenemos que informarles que Pemex es el que les vende el producto bruto.
¡Pero no se desanimen! Piensen que en ningún otro lugar de México van a encontrar un establecimiento donde bellas edecanes les ofrezcan un rico café, mientras esperan en la larga fila para cargar su gasolina. Es más, ¿ya vieron si no les hace faltar llenar el tanque?
