Políticos que buscan sacar el máximo provecho de su cargo hay en todas partes del mundo. La diferencia está en qué tanto se toleran y cómo se les castiga cuando son cachados. Un ejemplo no tan contundente, pero del cual puede aprender México, lo ofrece Guatemala, país en donde hay gente que clama por la renuncia del presidente Jimmy Morales y éste, para medio calmar las aguas, hace (aunque sea) lo decoroso.

Acusado de recibir injustificadamente dinero de parte del Ministerio de Defensa Nacional, el excomediante tuvo que devolver 450 mil quetzales (63 mil dólares), aun cuando ni siquiera se conocía el dictamen de la Contraloría General de Cuentas… es decir, por anticipado y sin muchos panchos, el Ejecutivo aceptó que no había razón alguna para el bono militar que tuvo a bien aceptar por cerca de un año.

De acuerdo con la BBCla información sobre la compensación mensual de 50 mil quetzales para el presidente se mantuvo bajo reserva por casi doce meses; sin embargo, cuando se hizo pública se avivaron las demandas de renuncia en su contra. Y cómo no, si aparte de todas las transotas de las que se le acusa, se descubrió que desde diciembre del 2016 se le otorga un Bono Extraordinario de Responsabilidad y Riesgo, como una compensación por los riesgos de su cargo.

En uno de los países más pobres de América y el mundo, que el presidente se otorgue lo equivalente al 33% de su sueldo, cayó como mentada y de inmediato organizaciones civiles comenzaron con las protestas. Fue tanta la presión que el presidente accedió a renunciar al bono mensual y, además, regresar la cantidad que hasta el momento había recibido: 63 mil dólares.

Para tratar de que las culpas no cayeran totalmente sobre el mandatario, el ministro de Defensa, Williams Mansilla, señaló que el bono fue aprobado quince días antes de que Morales asumiera como presidente. Sin embargo, cuando se le cuestionó si había motivo para que el Ejecutivo recibiera un bono extra por riesgos de su cargo, ya no supo qué contestar. Fue una “decisión colegiada tomada en el Ministerio de la Defensa”.

¿Tanto berrinche sólo por 50 mil quetzales al mes?

Pues en Guatemala, un país donde casi el 60% de la población es pobre, no fue tolerable.

Los defensores de la medida –así como los que hay en México, desde que se descubrió que el Ejecutivo recibe el mismo tipo de bono– señalaron que el presidente se la rifa “combatiendo” al narco y echándose sus discursos televisivos contra los criminales. ¿Cómo no pagarle extra por algo intrínseco a su cargo? Los que reclamaron el fin del mentado bono simplemente señalaron: “lo quieren justificar con que el presidente corre riesgos por su papel de comandante en jefe de las fuerzas armadas, pero eso no aguanta ningún argumento sólido (…) Además de ilegal es totalmente ilegítimo”.

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