El día de hoy Robert Zimmerman, conocido por nosotros como Bob Dylan, llega a los 74 venerables años de edad. Si bien no es el mejor de los cantantes, Dylan es el ejemplo viviente del poder de la palabra enmarcada en el ambiente musical adecuado, ayudada por una buena cantidad de actitud Punk, antes de que lo Punk siquiera fuera un concepto.

Es bien sabido que el maestro es un hombre de carácter difícil, se fastidia con facilidad y esto lo ha llevado a entrar en conflicto con mucha gente a lo largo de su carrera, en pos de la libre expresión de su arte, o simplemente porque no estaba dispuesto a tolerar estupideces. Aquí cinco de los momentos más memorables de la actitud más Punk que Folk de Dylan.

Dylan inició su carrera mintiendo para obtener un contrato discográfico. El productor John Hammond, quería firmar al joven larguirucho de voz nasal proveniente de Minnesota, pero debido a que apenas contaba con 20 años el señor era menor de edad y necesitaba la firma de sus padres autorizando la acción. Así entonces Dylan le dijo a Hammond que era huérfano y sólo contaba con un tío que era tahúr en Las Vegas, cosa que desde luego no era verdad. O Hammond era muy tonto o Dylan fue muy convincente pero el contrato se firmó de inmediato.

En Julio de 1965 un acontecimiento cambiaría el curso de la carrera de Dylan para siempre. Quizás influenciado por el éxito que estaban logrando los Beatles o simplemente por hacerse escuchar de manera más contundente, Dylan decidió dejar atrás la guitarra acústica y electrificarse. Y justamente escogió para hacerlo en el Newport Folk Festival, la Meca de los pacíficos hippies y existencialistas que gozaban con las armonías vocales y los mensajes de conciencia social de gente como Peter, Paul & Mary, Joan Baez y Gordon Lightfoot. Esta sería la tercera ocasión en la que Dylan se presentaría en el festival y desde luego, su actuación era la más esperada. Los asistentes esperaban escuchar los himnos folkies por excelencia pero Bob tenía otros planes. Subió al escenario acompañado de la Paul Butterfield Blues Band y el excelente Mike Bloomfield en la guitarra. La gente se horrorizó cuando vio que su gran héroe se colgaba una guitarra eléctrica y a la cuenta de tres atacaba con gran estridencia con su tema “Maggie’s Farm”, seguida de “Like A Rolling Stone” e “It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry”. Fue abucheado y acusado de vendido. Bob Seeger en especial estaba furioso y deseaba tener un hacha para cortar la corriente eléctrica, o quizás la cabeza de Dylan quien no volvió a presentarse en el festival en 37 años.

Dylan siempre ha tenido una amarga relación con la prensa. Siempre le han molestado las ruedas de prensa y la andanada de preguntas tontas con que lo acribillan. Esto quedó capturado en el documental de D.A. Pennebaker, Don’t Look Back, cuando el reportero de la revista Time, Horace Johnson le hacía unas preguntas, por ejemplo sobre el mensaje de sus canciones a lo cual Dylan le responde visiblemente enojado (y drogado) “yo sólo las escribo, no las escribo por alguna razón, no hay un gran mensaje, si quieres ir a decirle a la gente eso, ve y diles, pero yo no voy a responder por ello”, culminando con “no necesito a la revista Time”. En 1965 se suponía que los artistas se debían totalmente a la prensa y debían comportarse con ellos de la mejor manera, pero tuvo que llegar Dylan para demostrar que era todo lo contrario.

Aún con el rencor vivo de la gente por su actuación en el Newport Folk Festival, Dylan se fue de gira con The Hawks (quienes después se harían famosos bajo el nombre de The Band) en 1966. El set de Dylan constaba de dos partes, una acústica y una eléctrica. Durante un show en Edimburgo, sus detractores hicieron el ridículo intento de acallar la música electrificada de Bob tocando armónicas desde el público. Posteriormente en el Free Trade Hall de Manchester, durante una pausa, alguien aprovechó para gritarle “¡Judas!”, a lo cual Dylan respondió desde el micrófono, “No te creo, eres un mentiroso”, tras lo cual voltea a ver a la banda y les indica “¡toquen bien pinche fuerte!”.

Y ya que Dylan había probado su punto con tres álbumes literalmente electrizantes (Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde), tras un accidente en motocicleta sucedido en la zona de Woodstock en Nueva York desapareció misteriosamente. 18 meses después de su reclusión y sin ningún aviso, el álbum John Wesley Harding apareció en las tiendas. Para sorpresa de los fans del Dylan eléctrico, el álbum regresó a Bob al origen, se trataba de un álbum espiritual y acústico, probando que el señor iba a hacer lo que le viniera en gana cuando se le antojara. Este y el álbum Nashville Skyline, se dice que tuvieron una gran influencia sobre los artistas seleccionados para el festival de Woodstock, en el cual se negó a tocar alegando que uno de sus hijos estaba enfermo, pero en realidad estaba harto de los hippies que merodeaban la privacidad de la casa que tenía en las cercanías. Prefirió llevar su talento al accidentado festival de la Isla de Wight en Inglaterra, sólo dos semanas después de que Woodstock culminara.

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