Tal vez Dylan sea el último sobreviviente de una generación que marco la música y la cultura norteamericana.
Ayer por la tarde en la Casa Blanca Barack Obama lo elogió como tal vez nunca le hayan elogiado, pero Dylan permaneció imperturbable con la mirada oculta por los lentes oscuros.
La Medalla de la Libertad es el máximo honor civil en Estados Unidos. La Casa Blanca se la otorga cada año a grandes personalidades nortemaiercanas, por lo general a favor de los derechos civiles y las libertades públicas en la sociedad. Ayer le fue entregada a trece personas, entre ellas la ex secretaria de Estado Madeleine Albright, la premio Nobel de Literatura Toni Morrison o el expresidente de Israel y premio Nobel de la Paz, Simon Pérez.
Dylan fue el último en recibir la medalla, al escuchar su nombre se plantó delante de Obama, dándole la espalda. El presidente, sorprendido, no pudo ocultar una sonrisita nerviosa. Así son las cosas cuando eres Bob Dylan.