Es muy posible que los conozcan de Instagram. La fundación Black Jaguar – White Tiger tiene más de 7.6 millones de seguidores en sus redes sociales. Las fotos y videos de grandes felinos, así como de sus rescates, los han vuelto reconocidos mundialmente. Sin embargo, en los últimos días las cosas se están poniendo complicadas.
¿La razón? La muerte de dos jaguares en condiciones bastante feas y un poco enredadas.
Comenzó con una pelea entre los grandes felinos que no pudo ser controlada, pero involucra muchos otros señalamientos: desde descuidos, malas atenciones, hasta la grave acusación de que el principal rostro detrás de Black Jaguar – White Tiger decidió sacrificar a los jaguares.
¿Qué pasó en Black Jaguar – White Tiger?
La historia de la muerte de uno de los jaguares la conocimos gracias a las publicaciones de Black Jaguar – White Tiger en Instagram. En un video reciente —bastante crudo— se cuenta la historia de una pelea entre dos jaguares en sus instalaciones.
Vemos las lesiones que sufrió Cata, una de las jaguares consentidas del fundador del santuario, conocido como Eduardo.
De acuerdo con su publicación, un jaguar llamado Mercury —que llevaba más de un año viviendo en el santuario— se puso extremadamente agresivo y atacó a Cata. El santuario asegura que Cata estaba muy lastimada, pero pudo defenderse y al final mordió a Mercury justo en la espina dorsal.
Las palabras del fundador Eduardo, a través del Instagram de Black Jaguar – White Tiger, provocaron mucha polémica.
Aseguró que una vez que Mercury quedó lastimado de la espalda, dio la orden de que lo sacrificaran. “Nadie se mete con mis hijas, ni siquiera mis hijos”, comentó en un post. “Lloré por Mercury, pero puede besar nuestro trasero mexicano. Somos una familia. Nunca hubiera sido el mismo si Cata hubiera muerto en las garras de ese malagradecido y desleal”.
Cata tenía lesiones en la piel, varias mordidas y parece que se lastimó el hueso en una pata, pero aparentemente se encuentra a salvo. “Catita Bonita está perfecta”, escribió el fundador.
Acusan que sacrificó a dos jaguares
Como si la situación no fuera suficientemente fea, se aparecieron acusaciones bastante delicadas en una cuenta de Instagram.
La cuenta se llama @millionbluehearts y la maneja una mujer que se relaciona con Black Jaguar – White Tiger. Ha subido fotos del santuario y ha pedido donativos para la fundación desde hace más de un año. En sus posts recientes, acusó que los jaguares —así como todos los otros grandes felinos— viven en malas condiciones, que provocaron la agresividad.
Incluso, dice, Mercury no fue el único jaguar que decidieron sacrificar.
Comenta que todos los jaguares tuvieron que ser trasladados a otra área de la fundación después de que —por problemas financieros durante la pandemia— tuviera que cerrar uno de sus espacios.
“Todos los animales se les redujo su hábitat para que se pudieran acomodar más y más y todos pudieran estar amontonados en S2”, escribía. “Se sentía su miedo y estrés todo el santuario estaba de cabeza”.
Ahí contó que el estrés tenía a los jaguares bastante agresivos.
“Cuando llegamos, Mercury tenía a Cata en su boca y un trabajador se metió a quitársela”, comentó en la publicación de Instagram que comienza a hacerse viral. “Todos los demás estaban espantando a Mercury con extinguidores”.
Ahí viene el momento más complicado. Dice que, cuando llegaron, Cata estaba herida, pero había otra jaguar llamada Jade que estaba tumbada en el piso después de que —en medio de la pelea— brincara de la jaula, cayera y se rompiera la espalda. La trabajadora acusa que el veterinario también tuvo que sacrificar a Jade.
¿Y Mercury? En el post de Instagram aseguran que no estaba lastimado, en realidad fue una decisión personal de Eduardo, el fundador de Black Jaguar – White Tiger de sacrificarlo también.
La polémica en Black Jaguar – White Tiger
Como se imaginarán, después de la muerte de dos jaguares la polémica en redes sociales se está poniendo complicada.
La fundación Black Jaguar – White Tiger ha mencionado otras veces que vive momentos difíciles en materia financiera e incluso su fundador asegura que no aparece en los videos —y no visita tanto el santuario como antes— debido a que está buscando fondos en otros espacios fuera de las redes sociales.
También han admitido que el santuario está en un 90% de su capacidad. “Considerando la situación, es una victoria”, dijo.
A su vez, algunos trabajadores acusan esas mismas actitudes de abandono. “Eduardo jamás se presentó en la Ciudad de México a ver a sus animales”, escribía el post de Instagram.
De acuerdo con su página de internet, Black Jaguar – White Tiger tiene más de 400 grandes felinos en sus instalaciones. Al mismo tiempo cuidan a otros 300 ejemplares de otras especies en peligro.
