En medio de la invasión rusa al territorio de Ucrania, el pasado 26 de febrero, Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron que se desconectaría a ciertos bancos de Rusia del sistema SWIFT, utilizado por instituciones financieras de todo el mundo para realizar pagos transfronterizos. Las medidas se entienden en buena parte como una estrategia de castigo para ahorcar las salidas y entradas financieras y tratar de desescalar las tensiones en la región. Aun hay posibilidades de una resolución negociada al conflicto; sin embargo, por el momento no ha habido un cese al fuego y el gobierno ruso tiene en alerta a su fuerza nuclear, en respuesta a las sanciones de “Occidente”. La situación es compleja. Y, a la par de lo que sucede en los frentes de batalla, varios mercados del ecosistema financiero comienzan a sacudirse, entre ellos el de las criptomonedas; particularmente, en relación con Bitcoin.

El mundo cripto es uno de alta volatilidad y gran especulación. En enero de 2021, por ejemplo, el precio del Bitcoin rondaba los 640,000 pesos mexicanos, pero para noviembre de ese año se encontraba por encima de 1,240,000, casi duplicando su valor en diez meses. En medio, tuvo variaciones fuertes. Durante el verano regresó a los niveles de enero y poco a poco fue remontando con el paso de los meses. Esto se debe a que ciertas noticias y acontecimientos específicos pueden sacudir por completo a las criptomonedas: fuertes regulaciones en un país como China; el uso o rechazo de alguna figura pública prominente; la entrada en vigor de una criptodivisa como moneda de curso legal; y hasta manifestaciones políticas en un país con miras a traicionar hacia la industria de cadenas de bloques. Más recientemente, la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra desatada en la región.

Bitcoin: ¿salvavidas de esperanza?

Lo que llevamos de 2022 también ha sido una locura para el Bitcoin. Empezó enero con un valor superior a los 970,000 pesos mexicanos, pero en estos dos meses ha caído hasta los 700,000. Cuando se anunciaron las medidas para desconectar a parte de Rusia de SWIFT, se encontraba alrededor de 770,000; sin embargo, en los últimos tres días ha repuntado para situarse ahora mismo por encima de 916,000. Es decir, la guerra está influyendo directamente en la volatilidad y especulación de la criptodivisa, a partir de dinámicas de transacciones que están comenzando a ser parte de la crisis geopolítica actual.

Por un lado, estos movimientos tienen que ver con el potencial de apoyo para la población ucraniana que se ve en el Bitcoin y otros activos financieros. En primer lugar, las carteras de blockchain funcionan para poder concentrar dinero de personas en Ucrania que han tratado de mover sus ahorros para evitar congelamientos de cuentas, trabas en el sistema financiero y problemas de inflación. Así, pueden proteger su lana y tener acceso a ella eventualmente, así como que tenga la capacidad de cruzar fronteras con facilidad sin depreciarse demasiado.

En segundo lugar, las criptomonedas sirven actualmente, hasta cierto punto, como receptáculos de donaciones y ayuda humanitaria de todo el mundo. Se calcula que se han recibido en Ucrania más de 15 millones de dólares a través de solicitudes vía Telegram que pueden llegar a cualquier persona, sin la necesidad inicial de intermediación bancaria y con blindajes relativamente robustos de seguridad frente a posibles ciberataques.

No obstante, el problema es que no son, ni de chiste, accesibles a la mayoría de las personas; además, requiere en buena medida de un uso previo de Bitcoin y otras criptodivisas para dinamizar las transacciones.

Pero corta igual para los dos lados

El precio de Bitcoin no está escalando nada más por los flujos de ayuda y estrategias de cuidado en Ucrania. Por el otro lado, los mismos beneficios potenciales del uso de criptomonedas en territorio ucraniano, bien parece que están siendo aprovechados en Rusia. Las transacciones de Bitcoin con rublos ha alcanzado en estos días su mayor nivel en 9 meses. Aunque todavía no se sabe si esto puede seguir en el mediano plazo, la industria cripto es un vehículo ideal para que algunos sectores de la población puedan sortear las sanciones financieras y los candados impuestos a los rusos desde Estados Unidos y la Unión Europea. Desde su concepción, Bitcoin y otras criptodivisas están pensadas precisamente para poder circunnavegar los sistemas bancarios e instituciones centrales, con seguridad, encriptación fuerte e incluso sin la necesidad de identificarse personalmente al hacer transacciones.

El volumen de estos movimientos no es suficiente para poder librar los obstáculos impuestos. Pero sí lo es para abonar a la especulación de los precios del Bitcoin, principalmente, y de otras criptomonedas en general. Al final del día, las carteras de cadenas de bloques funcionan como bóvedas infinitas que pueden ser “transportadas” a lo largo y ancho del planeta, sin ningún tipo de barrera física o institucional. Hay quienes consideran que, en este contexto, el sector cripto debería cerrar filas y también imponer candados a blockchains operados en o desde Rusia. Pero por la naturaleza misma del ecosistema de estos activos, parece improbable un movimiento en esa dirección. Sus precios serán todavía más volátiles en las próximas semanas. Y presentan un flanco para reflexión y debate. ¿Qué lugar ocuparán Bitcoin y criptodivisas no sólo en las guerras del futuro, sino en cualquier otra crisis o catástrofe?

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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