En 1998 surgió una polémica que movió al mundo. No fue una estafa, un asesinato, una guerra o algo parecido; en realidad se trató de una infidelidad del entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, la pasante de la Casa Blanca, Monica Lewinsky. Para esas fechas el ex mandatario tenía 49 años mientras que su empleada apenas tenía 22 años.
A 20 años del “escándalo Lewinsky”, como mejor se le conoce, durante una entrevista con el programa Today de la NBC, el ex mandatario respondió varias preguntas sobre si debió de haber renunciado o no hace 20 años tras el escándalo de su amorío y si el movimiento #MeToo ha cambiado su perspectiva al respecto.
De una forma cortante y concisa, el ex presidente del partido Demócrata dejó ver por qué nunca le ofreció disculpas directamente a Lewinsky: “Jamás he vuelto a hablar con ella, pero en más de una ocasión dije públicamente que lo lamentaba. Eso es muy diferente. La disculpa fue pública”. Ok… o sea que sí se disculpó, pero no directamente con ella, pues todo lo hizo de manera pública. 🤔
Asimismo añadió: “Lidié con eso hace 20 años además, la gente de América, dos tercios de ellos se quedaron conmigo. Y he tratado de hacer un buen trabajo desde entonces, y con mi vida y mi trabajo. Eso es todo lo que tengo que decir”.
Esta respuesta viene después de que en marzo Lewinsky escribiera en Vanity Fair que su relación con Clinton no fue un “abuso sexual”, pero “constituía un desagradable abuso de poder”. En el texto se lee lo siguiente:
Él era mi jefe. Era el hombre más poderoso del planeta. Era 27 años más grande que yo, con la suficiente experiencia para saber mejor (las cosas). Él estaba, en ese entonces, en el punto máximo de su carrera, mientras yo estaba en mi primer trabajo después de terminar la universidad. Nota para los trolls, tanto los Demócratas como los Republicanos: nada de lo que he dicho excusa mi irresponsabilidad ante lo ocurrido, me arrepiento todos los días.
Ante esto y como parte del movimiento #MeToo, Bill dijo que “todavía tenía que autocuestionarse sobre algunas decisiones que hizo en el pasado”.
“Through the lens of #MeToo now, do you think differently or feel more responsibility?… Did you ever apologize to her [Lewinsky]?” @craigmelvin to Bill Clinton pic.twitter.com/rXcixhDHER
— TODAY (@TODAYshow) 4 de junio de 2018
La historia, a resumidas cuentas, va así: En 1995, Monica fue contratada para trabajar como pasante en la Casa Blanca durante el primer periodo de Clinton. Posteriormente, fue empleada de la Oficina de Asuntos Legislativos de la Casa Blanca y mientras trabajaba allí, tuvo una relación amorosa con Bill. A partir de entonces ella comenzó a contarle detalles de su amorío a su amiga y compañera que trabajaba en el Departamento de Defensa, Linda Tripp, que secretamente grabó sus conversaciones telefónicas.
Después de esto, The Washington Post liberó una publicación en el que destapó el romance. Casi de manera inmediata, Clinton negó tales afirmaciones. Meses después la prensa debatió si había ocurrido o no un romance entre Bill Clinton y Monica Lewinsky, quien se negaba a hablar del romance o a testificar sobre él. Para julio de ese año, Monica entró al programa de protección a testigos y a partir de entonces destapó todo lo ocurrido. Incluso entregó un vestido azul manchado de semen para que hubiera evidencia de ADN. Unas cuantas semanas después, en agosto, Clinton finalmente admitió que había tenido una “relación física impropia” con Lewinsky.