En la era en la que una de las mayores preocupaciones a nivel mundial, es el cambio climático, una docena de organizaciones ambientalistas cambiaron el discurso por acciones tangibles. Y es que, a partir de ahora, casi cien mil hectáreas de la Selva Maya, han sido protegidas con la finalidad de preservar al jaguar.
Se trata de uno los sistemas ecológicos más importantes del mundo y una de las junglas más grandes que quedan en Centroamérica, luego del Amazonas. La Selva Maya comienza en el Sudeste de México, recorriendo gran parte del norte de Guatemala y comprende la mayor parte del territorio de Belice. Pero, la importancia de este proyecto, no es solamente para resguardar los bosques.
Este es un plan integral que tendrá un impacto ambiental sin precedentes. Por una parte, se planea preservar el hábitat del jaguar y de toda la biodiversidad. Al mismo tiempo que frenará las tasas de deforestación y como si fuera poco, propicia el cuidado de ríos y cuencas en toda la región, asegurando un corredor de vida silvestre en los bosques cada vez más reducidos.
Conservación de Selva Maya es un beneficio global
La iniciativa es una idea de la organización sin fines de lucro ‘The Nature Conservacy’, quien reunió a gobiernos, empresas y diferentes ONG’s, para asegurarse de que las 95 mil 550 hectáreas de la Selva Maya, se convertirán en un espacio protegido que llenarán un vacío crítico dentro de una vasta red forestal.
“Asegurar la protección de este ecosistema crítico para el clima y la naturaleza significa preservar el hábitat de algunas de las especies de vida silvestre más emblemáticas del mundo, como jaguares y ocelotes, así como preservar una importante reserva de carbono vivo que representa una solución natural al cambio climático”, señala el Dr. Jeffrey Parrish, Gerente Global para la protección de la naturaleza de ‘The Nature Conservancy’.
De acuerdo con la ONG, el corredor del bosque maya, que conecta el macizo montañoso maya con la Selva Maya, ha enfrentado tasas de deforestación casi cuatro veces superior al promedio nacional desde el 2011. Principalmente, propiciadas por el deslave natural, la agricultura y la explotación de las tierras a escala industrial.
Y tienen razón, este programa de conservación no solamente beneficia a Belice, sino también a nosotros los mexicanos que compartimos la Selva Maya y en general, al planeta entero, que recibirá una bocanada de aire fresco con los resultados de esta iniciativa. Que seguramente, comenzarán a contarse más rápido de lo que pensamos. Mientras que de este lado de la frontera, existe un proyecto similar para la preservación del jaguar en el paso del Tren Maya.