El pasado fin de semana, se realizó en todo el mundo una marcha con motivo del Día Mundial del Orgullo Gay, en donde la Ciudad de México participó con un multitudinario evento, para el cual el fotógrafo Jaime Ávila decidió realizar un proyecto muy especial llamado Besos contra la homofobia, y que les explicamos a continuación en sus propias palabras.

“El proyecto, de inicio documental, se volvió algo vivencial y profundamente personal. La intención era recoger escenas de besos durante la Marcha del Orgullo del 25 de junio. El propósito es mostrar a otros, los homofóbicos, que la comunidad LGBTT la conforman personas igual que ellos, que igual aman, se divierten, tienen familias, amigos, gente que las quiere, y que al lograr ponerle una cara a eso que ellos odian, hacer un poco de conciencia y que su odio disminuya. Que si no lo apoyan se vuelvan tolerantes.

A cada pareja o grupo se le dio la misma instrucción; el mostrar un beso a la cámara. Cada quien reaccionó a su manera y besaron en completa libertad. Las fotos no tienen pie, ni nombres, ni etiquetas, y eso es intencional. La única referencia es que las fotos se hicieron dentro de la marcha a personas que estaban involucradas. Entre las fotos hay parejas, padres, hijos, amigos, familiares e incluso extraños que se conocieron para darse un beso”.


Sopitas.com: ¿Fue difícil convencer a los participantes en la marcha de participar en este proyecto?

Jaime Ávila: Nada, de todos solamente una dupla me dijo que no porque uno de ellos tenía pareja.

S: ¿Cuál fue la reacción general de los parrticipantes?

JA:
La reacción de los que sí quisieron fue increíble. Agradecieron que se tomaran pequeñas acciones como este proyecto con fines de inclusión. Por lo regular, todos fueron muy agradecidos. También hubo varios sorprendidos de que alguien que no pertenece a la comunidad gay estuviera tratando de hacer un proyecto como éste.


S: ¿Cómo era el ambiente durante la marcha? ¿Qué te sorprendió gratamente de la experiencia de estar ahí entre el contingente?

JA: El ambiente, bien en términos generales; muy respetuoso y festivo, aunque la gente que venía hasta atrás más bien buscaba provocar a los espectadores y muchos ya venían borrachos. Lo que más me sorprendió para bien fue ver la presencia de marcas y dos embajadas. Una cosa es la tolerancia y otra es el apoyo. Tanto esas marcas como las dos embajadas creo que dieron un paso grandísimo y están poniendo el ejemplo.


S: ¿Por qué elegiste los besos como el vehículo para contar estas historias y captar estas imágenes?

JA: Por dos cosas, los besos son la muestra universal de afecto y porque a la vez son algo “provocador”. Cuando alguien piensa en “dos personas gay besándose” no se imaginan que puede haber intimidad, cariño, respeto y amor, eso es lo que traté de recoger en las fotos. Pensé que mostrando eso, era la manera en que gente que está peleada con el tema puede detenerse a pensar un momento y hacer un poco de conciencia.

S: Personalmente, ¿cuál dirías que fue tu mayor aprendizaje de esta experiencia?

JA:
Que la marcha está muy lejos de promover el estilo de vida LGBT como muchos podrían pensar, y que falta mucho para que pueda ser realmente “de orgullo”. Es una marcha en busca de la aceptación y la tolerancia, y por eso deberíamos unirnos más a marchar con ellos y promover la equidad.

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