“El dúo de Baltimore se encargó de crear un viaje por los paisajes más bellos de su mundo a través de varias letras sencillas y coros memorables”

El cuarto disco de Beach House nos presenta un mundo alterno a través de diez canciones perfectas; los arpegios de Alex Scally son los encargados de poner a girar esta fría dimensión reinada por la imponente voz de Victoria Legrand.

Bloom cobra vida con “Myth”, este tema funciona como un motor en el mundo de Beach House, induce al trance y nos habla al oído acerca de los cambios de dirección en la vida para después dar paso a “Wild”, esta canción le da un giro de 180 grados al inicio del álbum y presenta un canto a la primavera acompañado de percusiones, una pesada capa de sintetizadores y probablemente la guitarra más memorable en la historia de este par.

El dúo de Baltimore se encargó de crear un viaje por los paisajes más bellos de su mundo a través de varias letras sencillas y coros memorables que toman una nueva dimensión gracias a su peculiar vocalista; los sintetizadores de “Lazuli” se acercan peligrosamente al new age  y “The Hours” se encarga de quebrar nuestros sentimientos para entregárselos en bandeja de plata a “Troublemaker”: la maldición a un mal amor; en este tema la voz de Legrand amenaza con acompañar a su víctima como un fantasma que nunca se irá, un oscuro recuerdo adornado con una guitarra desgarradora.

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Chris Coady -el encargado del Teen Dream de Beach House- superó su creación previa con un sonido que tiene como defecto y virtud el no revelar mucho a la primer escuchada, la magia de Bloom va llegando con el tiempo, su belleza atmosférica  va creciendo dentro de uno gracias a las cuidadas capas de sintetizadores que se utilizaron como pilares de este mundo de paisajes y colores.

“New Year” cuenta la historia de una joven Victoria esperando el último día del año, mientras que el elegante solo de guitarra de “Wishes” nos prepara para “On the Sea”, una joyita que empieza como un canto campirano y que termina como un verdadero estruendo cósmico; pero es “Irene” el track que se encarga de enfriar todo este mundo fantástico, de congelarlo y ponerlo a dormir al ritmo de un marcapasos…

La primer impresión de Bloom puede dejar insatisfechos a muchos, en esta ocasión no hay grandes hits ni ganchos, la verdadera magia del disco radica en sus diez canciones como conjunto. Esta es una perfecta continuación de Teen Dream, más grande y espectacular, es Beach House como nunca antes lo habíamos escuchado.

Homero (homero@sopitas.com)

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