Bien lo han dicho las pitonisas: la pandemia representa el fin de toda una era… entonces, ¿sí habrá un nuevo orden mundial? Ahhh, eso quién sabe, nosotros nomás nos referimos a la desaparición de las barbas que portaron orgullosos Godínez. Con la “Nueva Normalidad” esa moda hipster… ¡pelas!
No es broma, según el documento “Lineamientos técnicos de seguridad sanitaria en el entorno laboral”, una norma que deberá cumplir toda empresa que quiera reactivarse es evitar que sus empleados tengan barba y bigote, “toda vez que son reservorios de virus y demás microorganismos (fómites)”.
Además de la restricción de la marca distintiva del godinato hipster, el gobierno federal pide que las micro, pequeñas y grandes empresas que disuadan a sus empleados de llevar el bling, bling a los lugares de trabajo… es decir, también se pide evitar joyería.
La desaparición de la barba y el bigote es parte de las medidas administrativas u organizacionales que las empresas e industrias deben de cumplir para crear un entorno laboral en el que haya menos riesgo de ser contagiado o contagiar. Otros aspectos que deberán checar son las relacionadas con áreas estructurales, protección de personal, capacitación, promoción de la salud y planeación.
¿Horarios escalonados? Estas son las nuevas reglas para las empresas que vuelvan al trabajo
¿Será negociable?
Puesssss… este lineamiento es parte de los muchos que el gobierno federal pide a las empresas tomar en cuenta en la autoevaluación de su Protocolo de Seguridad Sanitaria. “Sólo con la implementación de las medidas consideradas en la lista se conseguirá que la reapertura sea exitosa”, advierte el documento.
Según explicó hace unos días el titular del IMSS, Zoé Robledo, las empresas cuyas actividades recientemente fueron clasificadas como “esenciales” (minería, construcción y fabricación de transportes) y que pretendan reactivarse deben cubrir esta autoevaluación, para después firmar una responsiva en la que se comprometen a seguir los lineamientos establecidos.
“Esta autoevaluación parte de un principio de confianza (…) la autoevaluación es bajo protesta de decir verdad (…) nosotros creemos en que estos empresarios están diciendo la verdad. En ese sentido, firman una carta compromiso, diciendo que todo lo manifestado es verdad y aceptan que haya inspecciones aleatorias”.
Según Robledo, en caso de que a una empresa le caiga el inspector y se dé cuenta de que falseó en su autoevaluación, se procederá a sancionar a ésta… llegando incluso a clausurar el changarro.
Hasta ahora no se ha aclarado si este proceso deberá ser seguido por empresas que realizan actividades no esenciales. Sin embargo, las normas de prevención son para todos, ya que de lo que se trata es de evitar un rebrote de la enfermedad. Así que, al menos para evitar contagios dentro del área de trabajo, habrá que dejar las barbas por un rato.