¿Qué tanto los seres humanos hemos invadido y modificado el hábitat de las especies con las que compartimos este planeta? Todo parece indicar que demasiado.
Esta es la historia de Bladerunner, una ballena jorobada que en 2001 se encontró con un ferry en Sidney, no pudo esquivarlo y las hélices del barco provocaron profundas heridas en su costado izquierdo y en la cola, heridas que dejaron duras cicatrices.
Estas cicatrices, que de milagro se curaron por sí solas, permitieron identificar y nombrar a esta ballena que hasta hace algunos años seguía viva.
La historia de Bladerunner
De acuerdo con algunos medios y especialistas que la monitorearon por años, Bladerunner se encontró en la ruta de un ferry en Sindey, en 2001, y desafortunadamente no pudo evitarlo. Las hélices del barco le provocaron profundas heridas que de puro milagro se curaron solas, permitieron que la ballena sobreviviera y provocara tenebrosas heridas que la identificaron por muchos años más.
En octubre del año pasado, en 2020, esta ballena fue vista en la costa de Cape Hauy, península de Tasmania, uno de los estados de Australia.
En octubre de 2013 la organización gubernamental Wild About Whales NSW publicó una foto de la ballena tomada en la ciudad de Merijbula, ubicada al extremo sur de Nueva Gales del Sur, Australia.
La propietaria de un negocio de avistamiento de ballenas en Nueva Gales del Sur, Rosalind Butt, explicó al medio ABC News que en los 30 años en el negocio, solo había visto a Bladerunner dos veces, la primera en 2008 y la segunda en 2013 al lado de una cría, que se presume suya.
Y esta historia es verdaderamente increíble porque las colisiones entre barcos y ballenas son raras y pocas veces los mamíferos sobreviven, antes de agonizar por mucho tiempo por las heridas.
En febrero de 2021 investigadores del Programa Austral Patagonia, de la Universidad de Chile, publicaron un trabajo científico en el que revelan cómo es que el tráfico de embarcaciones invade el espacio de las ballenas en la región del cono Sur de América.
La animación, como resultado de esta investigación, muestra la manera en que las ballenas tienen que modificar sus rutas de migración para evitar a los barcos y poder sobrevivir.
Esta animación muestra cómo las ballenas azules esquivan los barcos para sobrevivir