La automatización de procesos será fundamental en los próximos años en casi cualquier industria. Hay que estar pendientes a sus avances.

Cada vez sorprenden menos los avances diarios que se dan en cuestiones de inteligencia artificial (IA) y procesos de automatización en todo el mundo. Los algoritmos están a la orden del día y ya son parte fundamental de nuestras rutinas cotidianas. Desde los que nos ofrecen recomendaciones para escoger una película o canción, hasta los que predicen flujos de tránsito en una ciudad y los que pueden realizar diagnósticos médicos en cuestión de segundos, se tratan de las tecnologías que están forjando el futuro con cantidades inimaginables de datos en todo el planeta.

Buena parte del éxito de la IA viene de su capacidad para procesar bases de datos diversísimas, en tiempo real, y aprendiendo a partir de esa información para reconocer patrones de acción de las personas. Por ello, es tan fundamental para las Big Tech obtener la mayor cantidad de referencias de sus usuarios para poder poner en práctica el conocimiento que generan; particularmente, con miras a una automatización de tareas rutinarias y de fácil ejecución por robots e inteligencias artificiales. 

El Santo Grial de la automatización de procesos impulsados por IA actualmente es la que se busca implementar en el transporte. Ya sea en empresas que operan o trabajan de la mano de autos privados—como los robotaxi—o en sistemas de transporte público—trenes o autobuses autónomos, por ejemplo—, hay una búsqueda constante por poder poner en las calles vehículos que no requieran de seres humanos para operar. 

Y la semana pasada trajo consigo la noticia de un avance gigante en términos de automatización de transporte urbano. 

China y la carrera por los robotaxis

Desde el jueves pasado, ciudadanos de Pekín, en China, podrán solicitar un taxi completamente conducido por un vehículo controlado plenamente por procesos de automatización. Sin un piloto de respaldo y operado plenamente por inteligencia artificial. Se trata del primer permiso de operación de este tipo. Y fue otorgado a la compañía Baidu, un motor de búsqueda chino, y a la startup Pony.ai, que cuentan con la flotilla más grande de vehículos autónomos en el país.

Desde el jueves pasado, ciudadanos de Pekín, en China, podrán solicitar un taxi completamente conducido por un vehículo controlado plenamente por procesos de automatización. Sin un piloto de respaldo y operado plenamente por inteligencia artificial. Se trata del primer permiso de operación de este tipo. Y fue otorgado a la compañía Baidu, un motor de búsqueda chino, y a la startup Pony.ai, que cuentan con la flotilla más grande de vehículos autónomos en el país.
Imagen: Pixabay

Sin embargo, no se trata de algo nuevo. China lleva años tratando de aventajar en la carrera por ofrecer servicios de transporte operados autónomamente. Nada más en 2021, se rompió un récord de permisos para proyectos beta de este tipo. En ellos, se autorizaba a que autos manejados por IA dieran servicio de taxi, siempre y cuando fuera de día y hubiera un chofer humano a bordo para tomar el control en cualquier momento que se necesitara. 

La mayoría de las aplicaciones que proveen movilidad mediada por tecnología se encuentran en una carrera por poder lograr una automatización global de sus procesos. Poco a poco han alimentado sus algoritmos para trazar rutas óptimas. Y de la mano de vehículos autónomos, poder conducir adecuadamente sin la necesidad de una persona detrás del volante. Los avances en la materia son enormes—y diarios—. Pero hace falta acompañamiento de gobiernos y políticas públicas para poder ponerlos a prueba; mejorar sus inteligencias artificiales a un punto de casi perfección. Sobre todo, porque debe considerarse que el buen funcionamiento de esa tecnología es indispensable en la medida que está la seguridad de vidas humanas de por medio.

Automatización: ¿Los humanos al borde de la irrelevancia?

La automatización de procesos es sugerente. Será fundamental en los próximos años en casi cualquier industria o sector; no obstante lo anterior, con ella vienen preocupaciones e incógnitas sobre el papel que los seres humanos desempeñarán conforme se haga más y más presente en distintas actividades: conducir vehículos, entregar paquetes, llevar la contabilidad de una empresa o atender las quejas de clientes. Por mencionar sólo algunos de los oficios que hoy en día se encuentran en momentos de cambios grandes.

En su libro 21 lecciones para el siglo XXI, el historiador Yuval Noah Harari describe a la revolución de la IA como una que pone a la humanidad de frente con su posible futura irrelevancia. Mientras avanzan los procesos de automatización de actividades rutinarias, cada vez se vuelven menos necesarios los humanos que las lleven a cabo. Y esa probable inutilidad tendrá que ser tomada en consideración por gobiernos, universidades y personas con oficios al borde del olvido.

En el momento actual, en el mejor de los casos, se utiliza a la automatización como complemento de trabajadores. Esa tendencia ya no se revertirá. El avance del uso de inteligencia artificial y robots requiere de pensar con calma y con mucho cuidado cómo será su incorporación al panorama laboral. Ya no se trata de pensamientos propios de la ciencia ficción; por el contrario, el futuro es hoy. Y nada podrá detenerlo. 

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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