Originarios de Nueva York, una de las ciudades emblemáticas del punk, Ava Luna toma para su música un buen contacto con la ciudad y con su gran influencia musical, así que no es fortuito que al escucharlos nos remitan un poco a Talking Heads en sus inicios –con todo y esa ansiedad que provocaba la voz y las letras de David Byrne–, pero la música de Ava Luna es mucho más que un tributo al dance punk de los 70, sino que también toman elementos del soul, lo cual se compenetra perfectamente con las hermosas voces de Rebecca Kauffman y Felicia Douglass. Ava Luna, con su segundo disco Electric Balloon, está haciendo (literal y metafóricamente) buen ruido entre la crítica y la gente.
El disco es una perfecta muestra del eclecticismo de este grupo y de sus múltiples influencias, una joya de 11 tracks que, afortunadamente, son muy diferentes entre sí, pero que no es un pastiche sin sentido, sino una montaña rusa musical muy divertida. Las canciones son una oda al bullicio de la ciudad que nunca duerme, pero también reflejan la angustia, los nervios y el estrés de sus habitantes (algo con lo que medianamente nos podemos identificar en el D.F.). Incluso ellos mismos definen su música como “soul nervioso” e incluso como pop. Sólo quien los escuche puede intentar definirlos.
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A la vez, toda esta avalancha de influencias obedece a los orígenes de sus integrantes. Por ejemplo, Felicia Douglass es la hija de Jimmy Douglass, productor que ha trabajado con Justin Timberlake, Timbaland, Al Green o Aretha Franklin (por decir sólo algunos); mientras que Carlos Hernández (guitarra y voz) es hijo de Coati Mundi, percusionista de antaño y antiguo miembro de Kid Creole and the Coconuts. Por su parte, Kauffman es una productiva artista independiente que también se dedica a la fotografía, Ethan Bassford (bajo) es el hijo de Andy Bassford, guitarrista de jazz veterano y Julian Fader es un multi instrumentalista que, entre otras cosas, ha hecho música para la serie de televisión Girls.
Hay algo en la angustia y la rareza que proyecta Ava Luna con lo que cualquiera que viva en una ciudad grande se puede identificar, así que denles una oportunidad y escúchenlos para desahogarse.
