Europa ya es el epicentro de la pandemia de COVID-19 y ante el aumento de los casos, Austria se prepara para poner en cuarentena a las personas antivacunas como una medida para reducir el impacto de la pandemia y contener el incremento de los contagios.
Aunque este país —de casi 8.917 millones de habitantes— está a la espera del domingo 14 de noviembre, cuando el equipo del canciller Alexander Schallenberg (ministro de Asuntos Europeos e Internacionales) se reúna con toda la banda foránea y decidan si va o no la cuarentena para los antivacunas.
Austria se prepara para poner en cuarentena a antivacunas COVID
En los últimos días Austria ha registrado más de mil contagios, el gobierno ya convocó a una reunión de emergencia y la gente está a la expectativa de un reconfinamiento.
Aunque en el último caso, el gobierno está pensando que el confinamiento podría aplicarse sólo para las personas que aún no están vacunadas contra COVID-19.
Se trata de las personas antivacunas —a quienes ya les cayó un ultimátum en Singapur, donde el gobierno dejará de pagar sus gastos médicos por COVID-19 a partir de diciembre—, por quienes no sería justo mandar a la gente que ya se vacunó a casa.
Al menos eso explicó Alexander Schallenberg:
“La población que se ha vacunado no debe ser la que tenga que ir a un confinamiento ahora para proteger a la minoría que no lo ha hecho”.
Y este domingo es el límite para saber si el confinamiento nacional para las personas antivacunas es un hecho, porque otras regiones, como en Salzburgo, ya se adelantaron y anunciaron su cuarentena.
El temor o la incertidumbre está en que poco más de la mitad de la población en Austria está vacunada contra COVID-19.
De acuerdo con la DW, el porcentaje de vacunación apenas va en un 65% y dentro de la Unión Europea es uno de los más bajos.