Hace un año algunas versiones periodísticas apuntaban a que Aurelio Nuño Mayer, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), era la gran apuesta del presidente Enrique Peña Nieto para sucederlo en Los Pinos; que el sustituto de Emilio Chuayfett en la dependencia era el preferido de EPN rumbo a 2018. La figura del político priista se fue diluyendo con los meses: los conflictos permanentes con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación debilitaron su imagen, algunos legisladores los responsabilizaron explícitamente por el enfrentamiento en Nochixtlán, Oaxaca, una niña de ocho años le corrigió su dicción. “No se dice ler, se dice leer”, corrigió la morrilla, a la vez que sentenció a Nuño a una burla casi interminable.
El funcionario, acusado por cerrarse al diálogo con el magisterio disidente, indicó en una entrevista con El Universal que gracias a la Reforma Educativa y el nuevo modelo educativo de la SEP, México podría acercarse a los “estándares de calidad que ahora tienen naciones exitosas”. Sin embargo el futuro, el progreso y toda la felicidad que nos habría de abrazar gracias a la reforma estructural en materia de educación podría ser impedido por una persona, de acuerdo con Nuño Mayer. El villano de la historia, según el titular de la dependencia, no es otro más que el mismísimo Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena.
“¿Considera que el cambio de gobierno en 2018 pone en peligro la continuidad del modelo?”, cuestionó el reportero de la publicación. “Sí, sin duda. Si hay algún candidato que llegara a ganar en 2018 que no comparte la visión de la reforma educativa y la visión del modelo educativo, sin duda estará en riesgo”. El periodista le preguntó a Nuño Mayer —específicamente— si López Obrador, quien lidera diversas encuestas rumbo al proceso electoral del próximo año, representaba un riesgo para la reforma educativa. El titular de la SEP declaró: “Efectivamente, López Obrador ha dicho que él no está de acuerdo y habría una regresión terrible (…) desde nuestra óptica sería terrible y el riesgo está presente”
Nuño Mayer no fue el primero
El político priista, que aseguró en el mismo diálogo que no piensa en la Presidencia, no ha sido el primer funcionario en atacar la figura de Andrés Manuel López Obrador:
El dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, ha puesto en duda la participación del líder tabasqueño en las elecciones de 2018 debido a su “estado de salud”; Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernación, ha cuestionado directamente a AMLO por sus señalamientos contra las Fuerzas Armadas; el general José Carlos Beltrán, director de Derechos Humanos de la Defensa Nacional, le exigió pruebas a López Obrador que sustenten sus acusaciones sobre abuso militar; José Narro Robles también alzó la voz contra las declaraciones de AMLO sobre el Ejército; y hasta el presidente Peña Nieto se ha sumado al ataque frontal contra el presidente de Morena: “hoy nuevamente hay riesgo de retroceso (…) al igual que hace seis años, están resurgiendo las amenazas que representan la parálisis de la derecha o el salto al vacío de la izquierda demagógica”.
“Serénense”, ha sido la respuesta de López Obrador a los ataques en su contra.
Está de moda provocarnos, ahora es Chong el que se sube al ring. ¿Qué les pasa, por qué tanto nerviosismo? Ya no vean encuestas. Serénense.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) 17 de marzo de 2017