60 soldados fueron liberados el martes, después de haber sido retenidos por los habitantes de Tecoanapa, Guerrero. Fueron liberados luego de que se les prometiera que tendrían una reunión con Ángel Aguirre Rivero,el gobernador de esa entidad.
Según el Reforma, el General retirado Samuel Lara Villa expresó:
«Los políticos son los que nos han fallado y nos han llevado a donde estamos. El origen de todo esto que pasó en Guerrero tiene un nudo político, y por eso el Ejército en qué vergüenzas anda cayendo»
Otro General retirado expresó:
«Es un peligro para la seguridad pública que un grupo armado, independientemente de sus justos objetivos, sea el garante del pueblo. No tienen la instrucción ni los cánones de trabajo militar o policíaco»
Claro que habría que recordarle al General todos los excesos en que ha caído el Ejército y la corrupción de la Policía (ya que sí ha habido casos muy feos en ambas instituciones), y no es que no tengan resultados ambos grupos, pero con qué cara uno viene a decir «las policías comunitarias son un peligro por ser grupos armados» antes de pensar en lo que ya hicieron su elementos. Es como el argumento estadounidense: estamos en contra de que otros países tengan armamento nuclear porque podrían ser un peligro, sin importar que Estados Unidos es el único país que ha utilizado las armas nucleares en una guerra.
Por otro lado, el General Lara tiene razón, el problema de las policías comunitarias es un problema político, sobre todo porque uno de los sustentos del Estado es la protección de los sujetos que los integran. Si el Estado no te protege ¿no estarías, en teoría, en tu derecho de buscar la manera de garantizar tu seguridad? Pero es un problema muy grande, sobre todo en el momento de querer defender el Estado de derecho. Es por eso que la manera de resolver este problema es mediante estrategias políticas. Si el gobernador «da el ancho» (sin albur) podría utilizar la reunión que tendrá con la policía comunitaria para resolver la situación sin recurrir a la violencia.
EL Universal dice que en Guerrero y Michoacán se ha incrementado el número de retenciones de militares en zona donde operan grupos de autodefensa. La petición común de estas retenciones es que se permita a la policía comunitaria defender su localidad. En todos los casos los miembros del Ejército han sido liberados tras las negociaciones con funcionarios estatales o federales.
Uno de los grandes problemas es que estos grupos son presa fácil de los cárteles enemigos, así, los cárteles que están en contra de Los Caballeros Templarios podrían darle armas a las policías comunitarias con la condición de que los ayuden a sacar al grupo agresor de su comunidad (dando como resultado que llegue un nuevo grupo).
Como ven, la cosa es muy complicada.
