“Mal de muchos, consuelo de tontos”, dicen las abuelitas, y justamente esa frase podría aplicarse a esta nota. Para nadie es un secreto que uno de los mayores problemas que enfrenta nuestro país es el desempleo, por desgracia, no somos los únicos, todo el mundo está igual.
Según Guy Rider, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor del planeta hay 30 millones de desempleados más de los que había hace cuatro años, cuando estalló la crisis financiera. Si sumamos esta cifra a los desempleados que ya teníamos acumulados, la cantidad global de personas en esta situación es de 200 millones.
Estas nada alentadoras cifras, fueron reveladas por Rider en un discurso que pronunciará este sábado ante el Consejo Monetario y Financiero Internacional del Fondo.
“75 millones de los más de 200 millones de desempleados (en el mundo) son jóvenes de menos de 25 años”, mencionó.
Uno pensaría que ante una situación así, quien tiene la fortuna de contar con un empleo ya la libró, sin embargo, Rider reveló que 900 millones de personas con trabajo son “incapaces de ganar suficiente para permitirles situarse por encima del nivel de pobreza de dos dólares al día”.
De paso, el director de OIT aprovechó para recriminar a varias naciones diciendo que si las políticas de reducción de pobreza hubieran sido mantenidas, actualmente habría 5.5 millones menos de pobres en el mundo.
“Los daños provocados por las medidas de austeridad fueron más profundos de lo que se había calculado al principio (…) A la vista de esas condiciones es urgente revisar los calendarios establecidos para volver al equilibrio presupuestario”
Sobre este tema, Sharon Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), comentó que las políticas de reducción del déficit público que sugieren organismos como el Fondo Monetario Internacional podrían acarrear más disturbios y descontentos sociales.
“Las organizaciones financieras internacionales, entre ellas el FMI, se han concentrado en la reducción de los déficit públicos, sin preocuparse por su efecto sobre los trabajadores que pierden el empleo o sufren reducciones salariales”, denunció Burrow.
Como vemos, la situación es compleja y encontrar una solución que satisfaga a todos se presenta como una misión imposible. Cuando uno lee notas como esta, o como la que ubica a México como una de las naciones con peores salarios mínimos, es cuando se desea que los mayas le atinen a sus pronósticos sobre el fin del mundo.