Xavier Broseta, jefe de recursos humanos y relaciones laborales de la aerolínea Air France, sintió por un rato lo que es ser rockstar, ya que después de una buena corretiza, tuvo que brincar una cerca para escapar de una masa eufórica que a jaloneos lo dejó semidesnudo.
Sin embargo, el motivo de persecución y hacer hilachos las prendas del ejecutivo no fue para obtener un recuerdito del ídolo, sino mostrarle su descontento luego de una reunión en la que Broseta y el presidente ejecutivo de la aerolínea, Frederic Gagey, presentaron un drástico programa para reducir costos el cual implica despidos masivos.
Según narran periodistas que fueron testigos de los hechos, a la oficina en la que se discutía el programa de recortes irrumpieron por la fuerza cerca de un centenar de activistas. Después de un amigable diálogo, sólo vieron cómo dos altos directivos huían del lugar cual Sancho al llegar el marido cornudo: uno ya sin camisa y otro con saco y camisa desgarrados.
Según las autoridades de Air France, se planea recortar 2 mil 900 puestos, así como la eliminación de 14 aviones de su flota. Aunque el plan se pretende implementar para el 2017, los activistas no perdieron tiempo y de inmediato mostraron su descontento con el proyecto para reducir costos.
Aunque los miembros del sindicato del personal terrestre de Air France desde hace tiempo aceptaron el régimen de ahorro, los pilotos de las aeronaves se han opuesto. De hecho, hace un año fueron protagonistas de una huelga que le costó 560 millones de dólares a la aerolínea.
Air France anunció que emprenderá acción legal contra los responsables del ataque, esto con respaldo del principal sindicato de la industria aérea en Francia, la FNAM, el cual calificó lo hecho por los activistas como un “comportamiento obsoleto”.