Resulta que un trío de traviesas señoritas se pasearon en el Museo d’Orsay, en París, en diminutas prendas.
Tres modelos entraron al museo y pasados algunos minutos se desprendieron de los abrigos que vestían y quedan en lencería; los presentes dejaron de atender las obras de Monet, Degas, Renoir y Van Gogh colgadas en las paredes para ver desfilar a las chicas entre las salas.
Pero todo esta especie de pasarela improvisada es parte de un truco publicitario de la marca francesa de lencería Etam.
Esta no es la primera ves que llevan a cabo estas pasarelas públicas; las chicas han patinado en la pista de hielo frente a la torre Eiffel y también han irrumpido en el aeropuerto Charles de Gaulle.
