¿Qué está pasando en el Senado?
Como ya sabrás, las leyes pasan siempre por un largo camino antes de ser aprobadas. Primero deben pasar por las comisiones competentes de cada cámara para ser discutidas y aprobadas en lo general y más tarde en lo particular. Posteriormente deben pasar por el pleno de la cámara para ser aprobadas en dos ocasiones más y, posteriormente, el proceso debe ser repetido en las comisiones y en el pleno de la cámara restante.
Por si esto fuera poco, la #ReformaEnergética, en su etapa actual, está conformada por un grupo de muchas leyes. Para su manejo, los legisladores las dividieron en 4 paquetes y acordaron un método de discusión “rápido” que permitía presentar reservas (contraargumentos a los dictámenes) sólo por espacio de 15 minutos, sin importar qué tan largas fueran las observaciones.
Con todo, y tras un mes lleno de interrupciones por desacuerdos entre partidos y por la #LeyTelecom, el martes, las comisiones unidas de Energía y Estudios Legislativos de la Cámara de Senadores aprobaron en lo general y en lo particular los 4 paquetes, que contienen leyes como la Ley de Hidrocarburos, Ley de la Industria Eléctrica, Ley Geotérmica, Ley de Pemex y CFE y la Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial. El día de hoy, en periodo extraordinario, el pleno del Senado discute los 4 paquetes para aprobarlos en los próximos días.
¿En qué cambió la propuesta presidencial?
La propuesta presidencial recibió más de 600 modificaciones en las discusiones. Llama la atención que un dictamen acordado previamente haya recibido tantas modificaciones, impulsadas en su mayoría por el PAN, lo que ha hecho pensar a analistas de izquierda que la propuesta presidencial era deliberadamente severa para que la derecha la suavizara públicamente, de suerte que ambos ganaran popularidad, uno por impulsarla, otro por mejorarla. Por su parte, analistas de derecha afirman que no se puede señalar a nadie por impulsar modificaciones a un dictamen para mejorarlo y acusan a la izquierda de querer señalar como oscuro y corrupto el trabajo natural de los legisladores.
Los tres elementos más polémicos de la reforma habían sido, por un lado, la posibilidad de participación excesiva de empresas privadas y extranjeras en la explotación de hidrocarburos; por otro, la expropiación de tierras de campesinos para realizar perforaciones o construir instalaciones de Pemex o CFE y, por último, los excesivos derechos que el presidente ganaba sobre las decisiones de los consejos y órganos directivos de Pemex y CFE
El martes, las directiva de las comisiones se negó a escuchar las reservas que la izquierda hizo sobre los dictámenes que fueron discutidos mientras el PRD el PT y MC se ausentaban de las sesiones por no estar de acuerdo con el método de discusión. Como no los dejaron, se volvieron a ir.
Sin expropiación de tierra, pero sin reglas claras
Por su parte, el PAN sí logró presentar sus propias reservas, que fueron aceptadas para ser puestas a discusión. De ellas surgió la modificación del término “expropiación” por el de “ocupación temporal”. Esto significa que, en vez de que de la tierra sea usada por el Estado y pagada a sus dueños a bajos precios, será rentada temporalmente y a precios convenientes (al menos en principio). Sin embargo, lo cierto es que la ley aún contempla que en cuanto una tierra sea solicitada por una empresa, si no es entregada en un plazo de 10 días o si la compensación no le parece suficiente al dueño o a los ejidatarios, podrán ser obligados a entregarlas a través de la figura denominada “servidumbre legal” que la Secretaría de desarrollo agrario podrá tramitar. Además, no se establece con claridad el porcentaje de la explotación del que podrán participar los afectados. Se espera que, durante la discusión en el pleno, este punto se aclare.
Otra modificación fue la de obligar a las empresas extranjeras que deseen obtener concesiones en el terreno energético a tener un mínimo de entre 25 y 35% de participación mexicana, aunque, por supuesto, queda por ver de dónde vendrá esa inversión y si no beneficiará a los mismos favorecidos de siempre.
A su vez, se limita el poder del presidente a la hora de elegir a los consejeros independientes de Pemex y la CFE, pues ahora, sus candidatos deberán ser ratificados por el senado en su totalidad. Esta decisión suena bien en términos generales, pero debemos recordar que el PRI es mayoría legislativa, por lo que los consejeros propuestos por Peña no deberían tener problema para obtener la chamba.
En el dictamen se hace explícito que las comisiones Nacional de Hidrocarburos y Reguladora de Energía gozarán de autonomía y también se incluye un apartado para la generación de energía renovable, aunque ciertamente no tan nutrido como algunas organizaciones, como Greenpeace, hubieran deseado.
Por otro lado, algunas de las reservas también aceptadas, adelantan las fechas previstas para el comienzo de la inversión: la entrada de empresas extranjeras para la venta de gasolina se adelanta al 2016 y la importación para la venta se adelanta a 2017. La propuesta original planteaba que el precio de la gasolina sería liberado (sometido a las reglas del libre mercado, sin subsidio) se planteaba para el 2020, pero ahora se ha adelantado para 2018.
¿Qué ocurre hoy?
La Cámara de Senadores inició esta mañana un periodo extraordinario para discutir el dictamen en el pleno, con todos los senadores presentes. La izquierda advirtió que no dejará que se le pisotee el derecho a presentar sus reservas una vez más. Por su parte, las comisiones competentes de la Cámara de Diputados ya se preparan para recibir la estafeta en los próximos días.
¿Por qué el PAN logró exponer y hacer votar tan fácilmente sus reservas mientras la izquierda no pudo presentar ninguna?
Bien, la cosa es sencilla: por un lado, el PRD, el PT y el MC tienen una larga tradición de usar el tiempo de exposición de reservas para retrasar la aprobación de una reforma, lo que ciertamente no es la más imaginativa ni estratégica de las formas en la que podrían legislar. Por otro lado, el PRI había anunciado que votaría el dictamen presidencial tal y como le había sido entregado. De esta manera, el PAN no tenía nada que discutir en la tribuna, sino directamente con el jefe de los legisladores: el presidente (sí, la división de poderes brilla por su ausencia). Claramente, el PAN negoció la modificaciones al dictamen con el ejecutivo, por lo que la discusión y aprobación de sus reservas estaban garantizadas antes de ayer, lo que explica que 4 paquetes de leyes que fueron discutidas durante más de un mes se aprobaran en 4 horas.
Lo grave de esta situación, causada por una izquierda poco creativa (muchas veces de apariencia conservadora) y una derecha que prefiere negociar la legislación con el presidente antes que con el Congreso, es que el país parece perder el elemento central de una democracia: el Parlamento representativo. Las reformas estructurales se juegan en un campo en el que el ejecutivo triunfa sobre una oposición desmotivada, diluida y fragmentada.