Después de atestiguar su fugaz presentación en el Festival Ceremonia del año pasado, una cosa quedó clara: Tycho necesitaba una presentación exclusiva e íntima, el concepto audiovisual del proyecto liderado por el estadounidense Scott Hansen lo demandaba. Y esos deseos se conviertieron en realidad el día de ayer en SALA.
Con alrededor de 500 fanáticos en el recinto -lo cual permitió disfrutar de espacios suficientes para apreciar el concierto sin ningún tipo de inconveniente- lo primero que resaltó en el escenario fue la disposición de los instrumentos: de izquierda a derecha sintetizadores y bajo eléctrico para Joseph Davancens, guitarra para Zac Brown, bateria y percusiones para Rory O’Connor y en el otro extremo Scott con su estación conformada por dos sintetizadores analógicos, cajas de ritmo, secuenciadores, compresores y filtros. Todo presidido por una pantalla de dimensiones considerables que fungiría como uno de los protagonistas de todo el concierto.
Al filo de las 10 de la noche las luces se apagaron en SALA y los visuales empezaron a correr: la portada del más reciente álbum de Tycho diseñada por ISO50 -el altergo dedicado a la imagen de Hansen- se empezó a mezclar con paisajes majestuosos como desiertos, playas, y montañas nevadas que poco a poco se coloreaban con tonalidades moradas y rojas creando una atmósfera ideal para el intro de “Apogee”.
La transición con “L” fue delicada y casi imperceptible y ahí nos dimos cuenta de la apuesta de Tycho para su Live Act: una base rítmica potente demarcada por la excelente ejecución del baterista -que sin ninguna dificultad mezclaba y navegaba por ritmos de drum and bass, jazz, rock y el clásico 4/4 del techno- y lineas de bajo pesadas que por momentos coqueteaban con la estructura lineal del drone. Todo esto anclando los melancólicos riffs de guitarra llenos de delay y las excelentes atmósferas y punteos melódicos provenientes del par de sintetizadores Korg de Hansen, los cuales se expandieron por todo el recinto y lograron hipnotizar a los asistentes.
El set de Tycho se desarrolló casi sin pausas, las canciones -que viajaron por la obra completa de Hansen pero hicieron énfasis al exitoso Awake del 2014 firmado por la prestigiosa Ghostly International– se conectaron entre sí gracias a densas capas de sintetizadores que crearon la sensación de estar en un largo sueño etéreo, reforzado todo por los visuales, perfectamente sincronizados con la música.
Sin duda el momento climático del concierto fue el cierre con la fantástica “A Walk” y el encore que entregó el hit “Awake” -primero interpretado únicamente por Hansen para después ser acompañado por la banda completa- y que finalizó de manera épica con “Montana”. Todo esto acompañado por fragmentos de películas de Alejandro Jodorowski.
El sonido de SALA no tuvo ningún incoveniente y dejó disfrutar sin ningún problema la propuesta de Tycho, apta para cerrar los ojos y sólo dejarse llevar.
Fotos por Fernando Fuentes (@fernaaando)
