Ya empezó la quinta edición del Oaxaca Film Festival y nos lanzamos para allá para ver cómo se estaba poniendo la cosa.
Así que hicimos nuestras maletitas (chiquitas porque no tenemos tantas cosas) y nos lanzamos la hermosa Ciudad de Oaxaca (sabemos que dicen eso de todas las ciudades, pero, en realidad, Oaxaca es bellísima).
Así se veía todo cuando salí de la ciudad.
Después de horas y horas de viaje, llegamos a la capital del estado que vio nacer al Benemérito de las Américas.
Y nos maravillamos con la actividad cultural que había ahí. Naturalmente, se notaba la presencia del festival.
Así que llegamos al hotel, dejamos nuestras maletitas y nos salimos a comernos una deliciosa tlayuda y una riquísima memela para llegar fuertes y tranquilos a inauguración del festival.
En la inauguración estuvieron representantes del gobierno local, del festival y activistas sociales. Sí algo nos sorprendió fue lo grande que se está volviendo el festival, teniendo a gente de lugares de todo el mundo (además de que ha tenido proyección en lugares como Londres, Madrid y Nueva York, haciendo que la ciudad de Oaxaca tenga una gran presencia internacional).
Obviamente hubo coctel.
Y, bueno, es Oaxaca, obvio hubo mucho mucho mezcal (y eso nos puso estúpidamente contentos…muy muy estúpidamente).
Después pasamos a la inauguración con la proyección de varios cortos muy padres. Uno era de ciencia ficción, el otro era una animación mexicana, uno más que era español (muy cagado sobre unas meseras que se quieren comunicar con un viajero en el tiempo) y uno sobre un Santa Claus muy mala onda.
Ésta es la gente que asistió a la inauguración.
Antes de los cortos, hablaron tanto el director del festival, como varias personas que están en los proyectos que ayudan a que el festival sea tan grande. Uno de ellos es Cinema sueños volando, que es un proyecto para llevar al festival a otros lugares en el estado, y Cine para Imaginar, que tiene como objetivo llevar el cine a personas con discapacidad auditiva o visual.
Y luego llegó la fiesta.
Ahí estuvieron todos los invitados, los jueces, hubo chelas, mezcales, pastel… y, según me contaron, nos la pasamos muy bien (no recuerdo mucho en realidad, bueno, recuerdo a unos sopicuates increíbles que me hablaron sobre Oaxaca y me pidieron que subiera su foto a esta entrada, pero ya no supe de ellos, si están leyendo esto y mandan la foto que les tomé, estará aquí… ya saben que queremos mucho a nuestros lectores, a pesar de que se la pasen trolleándonos).
Actualización (los sopicuates oaxaqueños ya nos mandaron la fotito):
Hubo cosas para tomarse fotitos.
Ese mismo día (más temprano) conocí a una de las directoras, Patricia Chica (chicatronica), quien es canadiense de origen salvadoreño. Ella adora el festival y va cada año. Esta vez presentará su corto Serpent’s Lullaby (los que estén por allá, no se lo pierdan).
Ella nos contó que ahora quiere trabajar en una película en México, esperemos que se haga (nos platicó más o menos de que iría, si se concreta más, ya les diremos de qué va y con quién se hará).
Y bueno, al otro día nos fuimos a pasear.
Nos dimos cuenta de que la ciudad de Oaxaca es una capital cultural. La cultura se vive en todos lados. En la calle hay gente pintando.
Jugando ajedrez.
Los mercados también son asombrosos.
Y sí… hay mezcal por todas partes (aquí pueden ver mezcal pechuga).
Todos los oaxaqueños están muy orgullosos de su cultura. Desde sus raíces indígenas, hasta su cultura contemporánea (como Francisco Toledo o el Doctor Lakra). Oaxaca es una ciudad multicultural y uno puede escuchar diferentes idiomas en las calles, desde Francés, Inglés o Alemán, hasta Zapoteco, Mixteco o Mixe. Es increíble ver lo orgullosos que están los indígenas de hablar en su idioma.
Apesar de eso, los oaxaqueños dicen que lo único malo de Oaxaca son..bueno, lo oaxaqueños. Yo creo que eso pensamos todos, los chilangos decimos lo mismo de Chilangolandia, aún así, es maravilloso que en Oaxaca se viva el arte de la manera en la que la pude experimentar ahí.
También se vive la política. Los ciudadanos oaxaqueños son personas que también están muy al tanto de los problemas nacionales y su situación local.
En todo el país ha pegado la terrible noticia de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero.
Tuve también la oportunidad de entrevistar al actor y director Luke Wilson quien presentó en el festival su film Satellite Beach. (Pronto podrían ver nuestra entrevista).
El festival trae una selección increíble y todavía tienen oportunidad de verla (si dan clic aquí podrán ir a la página oficial para ver la selección).
Es una pena que no pudiera quedarme más días para disfrutar de más películas (y fiestas, naturalmente).
Lo que más me dolió fue dejar esa enorme y hermosa ciudad.
Obviamente regresaré el siguiente año, pero los que puedan lanzarse y ver esta semana la gran selección de películas ¡Vayan! No se arrepentirán.