Hace unos meses se dio a conocer que, entre 2012 y 2019, fueron asesinados 83 activistas ambientales. ¿Con el gobierno de AMLO ha cambiado la situación? No mucho y así lo evidencia el asesinato de Marco Arcos Fuentes.
Marcos Fuentes era activista y defensor de los bosques de Jaleaca de Catalán, en Chilpancingo, Guerrero. Así fue hasta que este fin de semana fue asesinado por un grupo de sujetos armados. La agresión contra el activista ocurrió el pasado viernes, mientras se encontraba en un negocio de comida, en Chilpancingo.
De acuerdo con los reportes policíacos citados por diversos medios, Arcos Fuentes estaba al interior de una taquería cuando sujetos armados atentaron en su contra. El activista recibió varios impactos de bala y, aunque todavía estaba con vida cuando llegaron los servicios médicos, estos no pudieron hacer nada para evitar su muerte.
Como ya es costumbre, las fuerzas policiacas llegaron un poquito tarde… y nomás hicieron como que se movían para intentar dar con los responsables de la ejecución. Al final, el resultado fue nulo y sólo se acordonó el lugar en que murió Marco Arcos Fuentes.
Sobre el asesinato del activista se pronunció la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, reiterando su “preocupación por la ausencia de acciones y estrategias coordinadas de las instancias de los tres órdenes de gobierno del Estado mexicano, tendentes a garantizar la vida, seguridad e integridad personas” que luchan por la defensa de los derechos humanos.
Las agresiones de las que son víctimas activistas, agrega la CNDH, “constituyen un obstáculo e inhiben el pleno ejercicio de los derechos humanos en nuestro país”.
En el comunicado se indica que la presidenta de la CNDH, María del Rosario Piedra Ibarra, envió las respectivas condolencias a la familia de Marco Arcos y observará con atención que las investigaciones del asesinato sean realizadas por autoridades competentes.
Aunque al inicio de esta nota señalamos que se tiene conocimiento del asesinato de 83 activistas… la CNDH dice que no, que son 66 desde 2006 a la fecha. Pues bueno, sean más o sean menos, hasta el momento el gobierno federal no ha hecho ni maíz para que la situación cambie… por el contrario, resta importancia a organismos autónomos que, en teoría, se encargan de proteger y apoyar las acciones de defensores de derechos humanos.
El asesinato de Marco Arcos ocurre a sólo dos meses de distancia del de Carlos Marqués Oyorzábal, quien era comisario municipal del poblado de Las Conchitas, en la región de Tierra Caliente, Guerrero, y trabajaba para evitar la explotación inmoderada de la madera de la zona.