En un acto que hace menos posible que con la detención de Heriberto “N”, El Koala, deba parar la investigación del asesinato del periodista Javier Valdez, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) dio a conocer que por su “trabajo” el susodicho recibió únicamente una pistola… plateada con cachas blancas.
Lo anterior fue revelado por el propio homicida, según se dio a conocer durante una audiencia inicial en la que también se apuntó que Valdez fue asesinado porque sus publicaciones hicieron molestar a la gente de la célula del Cártel de Sinaloa liderada por Dámaso López Núñez, El Licenciado. De acuerdo con lo señalado, en el crimen estuvieron implicados otros dos sujetos que hasta ahora no han sido detenidos, pero que ya se tienen identificados como Juan Francisco N, El Quillo, y Luis Ildefonso N, El Diablo.
A ver, a ver… en serio, ¿por una pistola? Pues sí, así como todo mundo se cuestiona cómo es posible que alguien se atreviera a disolver cuerpos en ácido por tres mil pesitos semanales (esto en referencia al caso de los tres estudiantes de Jalisco), en Sinaloa los sicarios tampoco reciben fuertes sumas por sus servicios… pese a ello, lo presumen: de acuerdo con un testigo, en una ocasión estaba con El Koala y otro de los involucrados bebiendo, cuando escuchó hablar del asesinato del periodista. Al pedir detalles, uno de los asesinos confesó que “se habían tenido que aventar el jale de matar al periodista de Culiacán”. Y sí, en recompensa por sus servicios recibieron la mentada pistola plateada… con una imagen del hijo de Dámaso: el Mini Lic. (mejor aún).
Con apoyo de imágenes obtenidas de cámaras de videovigilancia de negocios y del Centro de Comunicación, Cómputo, Control y Mando (C-4), las autoridades indicaron cómo el pasado 15 de mayo los tres sicarios siguieron a Javier Valdez para, finalmente, cerrarle el paso a su camioneta, bajarlo y dispararle en 12 ocasiones. Según la fiscalía 10 de esos disparos habrían sido con una pistola 9 mm, mientras los otros dos con un arma diferente.
Una línea de investigación del caso era el posible robo de la camioneta del periodista (sí, es en serio), lo cual se justificó con el hecho de que, luego de asesinar a Valdez, uno de llos criminales tomó su camioneta, avanzó 15 cuadras y finalmente la abandonó. Sin embargo, con la detención de El Koala, las autoridades indicaron que se había “robustecido” la línea que apunta que el homicidio tiene que ver con el trabajo periodístico que ejercía Valdez. Menos mal…
El Koala se reservó su derecho a declarar, será el próximo domingo cuanto se realice una nueva audiencia en la que, previsiblemente, la defensa del inculpado intentará desahogar las pruebas contra su cliente y, de una vez, saber si éste será vinculado a proceso.