Dicen que no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. Y la hora de la verdad para la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México está tan pronta como el 31 de enero. Ese día es el plazo límite que tienen los constituyentes para aprobar el proyecto de Constitución Política que envió el Jefe de Gobierno de la capital, Miguel Ángel Mancera el pasado 15 de septiembre.

A 12 días de su fecha de entrega, el futuro de la Carta Magna chilanga está en suspenso. El documento, que en un principio se antojaba superprogresista, dejó fuera iniciativas importantísimas como la no criminalización de la marihuana y el aborto, aunque sí contempló los matrimonios igualitarios y la eutanasia.

Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, señala que la Asamblea Constituyente debe aprobar la Constitución “por las dos terceras partes de sus integrantes presentes” antes del 31 de enero, conforme lo establecido en la reforma política capitalina. El especialista se cuestiona qué pasaría en caso de que no se llegara a un consenso, debido al “umbral de votación alto”, y se viola el plazo constitucional. Éste es el panorama que se avecina de acuerdo con Salazar Ugarte:

  1. No entregar la Constitución a tiempo sería un fracaso para los constituyentes y el gobierno capitalino. Mancera buscaba promulgar el documento el próximo 5 de febrero, para que la fecha coincidiera con los 100 años de la Constitución nacional (¡ay, qué detallista es el doctor!) y ahora se podría quedar chiflando en la loma. Esta posibilidad podría culminar con la deslegitimación de un proyecto por demás criticado.
  2. En materia jurídica el incumplimiento del plazo no tendría mayores consecuencias. De acuerdo con el especialista en materia jurídica, la Asamblea incurría en una “omisión legislativa”, la cual podría tener algunas consecuencias jurídicas pero no inmediatas.
  3. En caso de que se presentaran amparos por la omisión, dice Salazar Ugarte, estos recursos sólo procederían si se conjugaran tres elementos: (1) que exista un mandato normativo expreso, (2) que exista omisión en el cumplimento de las labores por parte de la Asamblea y (3) que la omisión produzca la violación de un derecho o garantía. Los primeros dos elementos se identifican, mientras que del tercero “no es clara su materialización”.

Una historia de faltas, abandono y poco compromiso en la Constituyente

Además de que varias de las propuestas más progresistas que se buscaban incluir en la Constitución de la CDMX quedaran fuera, el proceso de la Asamblea Constituyente ha estado enmarcado en un ausentismo brutal, retrasos en las discusiones y abandono de curules. De acuerdo con los amigos de Nación 321, hasta ahora 11 legisladores han dejado sus cargos: 6 de Morena, 3 del PRI y 2 del Partido Verde. Aunque no todos lo han realizado por los mismos motivos.

Por ejemplo, el poeta Mardonio Carballo, de la bancada de Morena, renunció a su cargo tras acusar al Constituyente de estar “secuestrado por cuotas partidarias y por personas de interés ilegítimo”, además de señalar que la Comisión de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes, misma que presidía, “se construyó con indignante racismo al que se vio enfrentando y desde el cual se construyó el articulado final”. Por otro lado, el priista Raúl Cervantes, flamante titular de la Procuraduría General de la República, dejó su puesto como constituyente para agarrar un mejor hueso.

De esos 11 diputados que dejaron su cargo, sólo cinco presentaron propuestas durante su estancia en la Constituyente.

El poco compromiso de los legisladores por llevar a buen puerto la redacción del documento se materializó en las numerosas faltas que tuvieron algunos constituyentes. El ejemplo más claro es el del actor Damián Alcázar, de la bancada de Morena, quien acudió a su primera sesión tres meses después de que la Asamblea se estableció. El actor argumentó que sus ausencias se debieron a compromisos laborales, pero que siempre estuvo en contacto y compartió propuestas con sus compañeros morenistas a través de la red.

Pero (me ausenté) por trabajo, porque yo soy un actor y soy ciudadano libre y puedo hacer lo que me plazca“, dijo el protagonista de La Ley de Herodes el pasado 16 de diciembre. Alcázar dejó su puesto el 11 de enero y en su lugar llegó Jaime Eduardo Rojo, secretario de arte y cultura de Morena en la Ciudad de México. Los últimos datos publicados sobre asistencia a la Asamblea, apunta Nación 321, llegan hasta el 20 de diciembre: Damián lidera la penosa lista con 12 ausencias, y a él le siguen el morenista Héctor Bonilla (7 faltas), el priista Joel Ayala (7 faltas) y el panista Roberto Gil Zuarth (6 faltas).

Después de un receso, la Asamblea Constituyente regresó a sus labores el pasado miércoles 4 de enero. Desde entonces han sesionado diariamente. En estas últimas dos semanas los constituyentes aprobaron 18 artículos, mientras que en los tres meses de trabajo antes de las vacaciones sólo habían acordado 8. Es decir, la Constitución de la CDMX cuenta con 26 artículos aprobados, de un total de 76 y la mayoría se aprobaron en las últimas semanas. Este comportamiento nos deja inferir que, o los legisladores estaban muy cansados y necesitaban un descanso, o están haciendo todo al chilazo y a marchas forzadas.

FOTOS: NOTIMEX

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