Ay, qué amable… Ladrón asalta farmacia y pide “mil pesos nomás, por favor”

A la gran mayoría de nosotros nos enseñaron en casa que las cosas se piden “por favor“, ¿verdad? Pues un criminal de Jalisco demostró que esa enseñanza se le quedó muy bien grabada, pues se robó mil pesos de una farmacia en un asalto así, pidiendo por favor (…no pues, ni cómo negárselos ¿no?).

Así se puso el asalto en una farmacia donde hasta pidieron el botín por favor

Sucedió en Puerto Vallarta, específicamente en una farmacia que se ubica en una calle llamada Púlpito, de acuerdo con el reporte hecho en redes sociales. Eran las 9 de la noche del pasado 21 de enero cuando un hombre llegó a dicho negocio y bajita la mano sacó un arma blanca (un cuchillo pues).

En ese momento la encargada del lugar le preguntó que por qué la estaba amenazando, a lo que el tipo se limita a responderle que pues sí, se trataba de un asalto. Pero es acá donde viene lo curioso de este crimen, pues el sujeto no aplica el típico “ya te la sabes” o “ching# a su madre, ya te cargó”, sino que empieza a hablarle con mucha amabilidad.

“Sin gritar, que andan allá los compañeros afuera (…) están allá los compañeros afuera”, le dice para que no intenté hacer nada, mucho menos llamar a la policía. La encargada de la farmacia responde que hay cámaras, pero poco le importa al tipo, quien continúa su ‘amable’ asalto.

Y como te decía al principio, el ladrón dejó claro que aprendió a pedir las cosas por favor porque en lugar de saquear la caja de la farmacia, nomás le dijo a la mujer que le diera mil pesos… así, por favor. “Mil pesos, por favor. Te estoy pidiendo un favor… mil pesos“.

Chécate a continuación el video de este peculiar atraco

A la mujer no le quedó de otra más que sacar el dinero y dárselo, porque por más “educado” que parece ser este criminal, no deja de amenazarla con que afuera están sus compañeros y la van a seguir si llama a la policía.

Vaya forma de concretar un asalto la de este sujeto. Claro, mejor así que con la violencia a la que ya estamos tan acostumbrados en todo México (mírese los innumerables ejemplos en el Edomex), pero finalmente no deja de ser un crimen.