Ejercer la libertad de expresión en nuestro país puede tener serias consecuencias y usualmente va acompañada de violencia. Durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto se han registrado los niveles más altos de agresiones contra la prensa, de acuerdo con la organización Artículo 19, además que los asesinatos de periodistas siguen en franco ascenso.
Solamente durante 2015 se reporto la terrible cifra de 7 reporteros asesinados, mientras que en los primeros 9 meses de 2016, la cantidad aumentó a 10 comunicadores asesinados, es decir, en promedio se asesinó a un periodista cada treinta días, señala la organización independiente.
Durante el mismo periodo se registraron cerca de 306 agresiones contra periodistas. De estos sólo tres casos fueron atraídos por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión de la PGR, mientras que apenas se abrieron 21 averiguaciones previas, evidenciando el déficit de atención que el Estado proporciona en investigación y la búsqueda de sancionar a los responsables de atentar contra la libertad de expresión.
De acuerdo con el Tercer Informe Trimestral de Artículo 19, en el periodo comprendido entre julio y septiembre fueron asesinados tres comunicadores: Pedro Tamayo, reportero de Tierra Blanca, Veracruz; Agustín Pavia, locutor de Huajuapan de León, Oaxaca, y Aurelio Cabrera, reportero y director de un medio de comunicación en Huachinango, Puebla. En ninguno de los tres casos la FEADLE ejerció su facultad para atraer las investigaciones.
Veracruz tiene la deshonrosa distinción de ser considerado el estado más letal para ejercer el periodismo en México. Tan sólo durante la administración de Javier Duarte, Artículo 19 documentó el asesinato de 17 reporteros. La situación en la entidad ha sido catalogada por la organización independiente como un “doble infierno”.
Pero las agresiones contra comunicadores también han ganado campo en internet. Las amenazas en el espacio digital constituyeron gran parte de las denuncias registradas por la organización a nivel nacional durante el último trimestre, casi una cuarta parte. Durante los primeros seis meses de 2016 se reportó una agresión por semana, aunque de julio a septiembre se registraron cerca de cuatro ataques por mes.
Las amenazas en redes sociales se han incrementado y, según los especialistas, con estas agresiones se busca censurar información crítica y debate de información relevante para la ciudadanía. Además de infundir miedo, inseguridad y un sentimiento de persecución e inseguridad ante la percepción de un riesgo inminente. ¿Los blancos de estas campañas de intimidación y difamación? Periodistas, caricaturistas, bloggers, comunicadores y ciudadanos.