Hasta el agua… Claudia González, ejidatario de San Juan de Los Planes, en Baja California Sur, llevó a su hija de 15 años al médico. Un análisis de orina detectó 10.43 microgramos de arsénico por litro en su orina, casi el doble de lo que se considera a nivel mundial como de riesgo para el cuerpo humano.
Más de 200 personas, vecinas de Claudia, presentaron los mismos resultados ¿qué significa? Estaban tomando agua con arsénico.
Los especialistas ambientales entendieron por qué muchas personas estaban muriendo por cáncer, además de que en ningún momento las autoridades avisaron a la población sobre los niveles de arsénico en el suministro de agua.
Resulta que Claudia junto con Juan Ángel Trasviña, especialista en contaminación ambiental, encontraron que los residuos venían de 100 minas abandonadas cerca de la zona, aunque este mineral también está presente en el agua por una extracción descontrolada.
Una investigación de Data Cívica y Quinto Elemento Lab revela que en los pozos de casi todo el país, los niveles de arsénico y fluoruro ya superaron los máximos permitidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Arsénico en el agua que tomamos
En 2012 los niveles altos de arsénico se encontraron en 17 estados, pero para 2018 ya eran 24 estados.
Para que nos demos una idea, en 2018, año que más muestras se tomaron, 41% de los pozos muestreos sobrepasaron el nivel internacional de riesgo de impacto a la salud para arsénico. Es más, datos del gobierno de CDMX revelan que también está presente en pozos de 6 alcaldías (Tláhuac, Tlalpan, Coyoacán, Iztapalapa, Iztacalco y Azcapotzalco).
Y peor, En México solo 257 potabilizadoras de agua son capaces de eliminar el arsénico o fluoruro, pero solo 173 están en operación. Es decir, solo 1 de cada 10.
La exposición prolongada al arsénico está asociado al desarrollo de cáncer, deficiencias congestivas en niños, diabetes e infertilidad. En México más de 12 millones de personas están expuestas a los elementos tóxicos pero no lo saben. La propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales reconoce que la cifra de exposición podría ser de 14 millones.
Pero contrario a lo que podría pensarse, no hay un programa de monitoreo de enfermedades provocadas por arsénico y a partir de 2018 el gobierno federal ha tomado menos muestras de calidad de agua, redujo más de la mitad que en 2018. Claudia González se convirtió en activista el día en que se enteró que su hija y todos en su comunidad estaban tomando agua con arsénico.
Pero la minería no es la única responsable de los contaminantes en el agua, si no la extracción de agua sin control.
Los 24 estados que para 2018 ya registraban altos niveles de arsénico son: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.
Si quieres conocer más de esta increíble investigación, acá te dejamos el link.
El agua con arsénico que se bebe en México rebasa 70 veces el límite permisible por la OMS. Pasó de estar presente de 17 a 24 estados de 2012 a 2018. Una reportaje de @datacritica y @quintoelab #VenenoEnMiAguahttps://t.co/oq3LEXFHEp pic.twitter.com/CKDyO5fRo7
— Quinto Elemento Lab (@quintoelab) December 13, 2021