Con buenas intenciones, pero el peor timing posible, la Arquidiócesis de México publicó una serie de consejos que quiere que los padres transmitan a los pequeñines para evitar ser víctimas de curas lujuriosos eso que llaman el “sexting”.
En un pequeño texto difundido por su sistema informativo, la Arquidiócesis comienza por apuntar que, aunque eso de mandar nudes por redes sociales y teléfonos celulares antes era más propio de chamacos calenturientos de prepas, hace poco se comenzó a detectar que niños de primaria y secundaria ya también le entraron. “Les han contado” que la forma en que se lleva esta actividad es al ritmo del “pásame tu pack”.
La Arquidiócesis de México emitió consejos a jóvenes y niños para no mandar el “pack” https://t.co/CyUWGuIb6g pic.twitter.com/gc3ynKUUsK
— El Universal (@El_Universal_Mx) 24 de agosto de 2018
Con información del algo redundante Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, la Arquidiócesis indica que el sexting se detectó el pasado ciclo escolar en 21 escuelas primarias, cuando en 2016 no se había presentado en ninguna ocasión este tipo de conducta… o más bien no se enteraban.
El caso es que los de la iglesia pasan al costo los señalamientos del Consejo, el cual advierte que si los niños comparten sus imágenes encuerados así como así, corren el riesgo de que éstas terminen en sitios dedicados a la pornografía infantil. Así que recomiendan que los padres se echen una buena plática con sus hijos para transmitir estos sabios consejos:
1) No publicar información o datos personales en redes sociales,
2) No hagas “packs” ya que el material puede llegar a los sacerdotes de Pensilvania…. digo, porque puede ser robado,
3) Si recibes un pack, bórralo de inmediato y no lo compartas (cof, sobre todo si es del párroco local, cof),
4) no agregues a desconocidos a tus redes sociales y
5) Si el curita alguien te acosa en redes, busca ayuda de un adulto.
De acuerdo con la psicoterapeuta Gestalt y colaboradora de la organización Cenyeliztli A.C., Claudia Larrazolo, andar practicando el “sexting” puede derivar en otras prácticas no tan buena onda, incluso por parte de aquellos a los que con los que se compartió las imágenes. Por ejemplo, “ciberacoso” o “ciberbullying”.
“Puede pasar que una joven decida enviarle a su novio una fotografía de su intimidad, pero como las relaciones de pareja a esa edad carecen de estabilidad, existe el riesgo de una ruptura como consecuencia de una pelea, y el joven, en venganza, determine compartir esa imagen, que por la acción de otro puede llegar a las redes sociales, a las que cualquiera puede tener acceso, y hasta caer en manos de las “cibermafias”, señaló la especialista.
Y bueno, como sí es bastante grave lo que advirtió la psicoterapeuta, los de la Arquidiócesis quisieron compartir la información con la mejor de las intenciones… pero ya saben cómo se las gastan los de las redes sociales y luego, luego cayeron las críticas. Definitivamente van a tener que chambear los de la iglesia para mejorar su imagen.