El primer paso para que algunas marcas dejen de “homenajear” a las expresiones tradicionales y culturales de nuestro país ya fue dado. Ayer por la tarde fue aprobada por las comisiones de Cultura, Asuntos Indígenas y de Estudios Legislativos, la Ley de Salvaguardia de los Conocimientos, Cultura e Identidad de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanos, impulsada por la senadora de Oaxaca Susana Harp Iturribarría.
La aprobación se dio de forma unánime por los 15 senadores que forman parte de las mencionadas comisiones, por lo que ahora pasará al pleno del Senado donde se espera que sea votada en el transcurso de esta semana; de ser aprobada también, pasaría a la Cámara de Diputados. En caso de que sea votada favorablemente por ambas cámaras, estaría lista para ser publicada en el Diario Oficial de la Federación.
El objetivo de esta nueva ley es muy simple: busca proteger los derechos de los pueblos originarios sobre sus expresiones culturales (prendas, artesanías, obras y muchos otros) para evitar el descarado plagio que algunas marcas han realizado sin consecuencia alguna y sin retribuir de alguna manera a los pueblos a los que se les atribuye el origen de cierto diseño.
“En la nueva ley se define como inalienables, indivisibles e imprescriptibles a los derechos colectivos de propiedad de los pueblos y comunidades, respecto de sus conocimientos, cultura e identidad y de las manifestaciones materiales que de ella deriven”, manifestó la senadora Susana Harp, quien es también la presidenta de la Comisión de Cultura, al momento de presentar la iniciativa en el Senado el pasado 20 de noviembre, según cita un boletín oficial de ese órgano.
Carolina Herrera y Louis Vuitton, los últimos antecedentes
¿Y por qué debemos estar felices con esta noticia? Muy simple, hace unos cuantos meses se dieron dos casos de empresas internacionales, Carolina Herrera y Louis Viutton, que utilizaron diseños típicos de pueblos originarios de México en sus productos, lo cual generó una serie de reacciones en contra y hasta unas cartas de la Secretaria de Cultura pidiendo explicaciones al respecto.
Lo que nadie se esperaba era que Carolina Herrera se sacaría de la manga la vieja confiable, respondiendo que su uso de los diseños tradicionales era un homenaje a la cultura indígena de México. Al final de cuentas, no se pudo hacer nada al respecto y los verdaderos dueños de esos diseños no cobraron un solo peso ni recibieron el reconocimiento que merecían.