Felipe Calderón anuncio el descubrimiento del pozo en tierra más grande en los últimos 10 años. Tiene una profundidad de 6 mil 800 metros y sus reservas equivalen a 500 millones de barriles.
Calderón se congratuló afirmando que el descubrimiento es resultado de una inversión creciente en la exploración y en la obtención de petróleo, la cual, según el mandatario, asegura la continuidad y estabilidad de PEMEX.
El presidente afirmó haber salvado a México del declive en producción de petróleo pero el hallazgo trae consigo, una vez más, la discusión acerca del uso de los hidrocarburos en el país, tanto por la apertura a la inversión privada en PEMEX como por el declive de la extracción del petróleo, lo que ha dado pie a proponer inversiones serias en energía verde.
Calderón destinó 300 mil millones de pesos para exploración este año, cuando en el año 2000 se invirtieron sólo 67 mil millones. Esto deja de manifiesto que la cantidad de recursos utilizados para la exploración de hidrocarburos sigue siendo avasalladora con respecto a lo que se invierte en energía verde (hace unos meses se anunció otro gran yacimiento en le Golfo). La infraestructura del país, su industria, etc., requieren de la producción masiva de hidrocarburos, y si bien es verdad que no se puede hacer un cambio a la energía verde de manera inmediata, es cierto también que el Estado parece no estar dispuesto a emplear más recursos de los necesarios en ella.