En septiembre pasado, Darsh Patel, estudiante de la Universidad Rutgers, fue con otros cuatro amigos de excursión a Apshawa Preserve, en West Milford, Nueva Jersey. Jamás pensó que ahí pasaría ala historia como la primera persona asesinada por un oso negro en ese estado.
Darsh y sus amigos caminaban por el lugar, cuando se toparon con un enorme oso negro macho de 136 kilos. De acuerdo al reporte policiaco, los excursionistas se detuvieron y comenzaron a tomarle fotos, lo que hizo que el oso fijara su atención en ellos y lentamente se les acercara.
Cuando el oso se encontraba a unos 100 metros, preocupados decidieron alejarse, pero el oso los siguió hasta colocarse a menos de 5 metros de distancia. Fue entonces cuando se separaron corriendo en direcciones distintas.
Cuatro de ellos se reencontraron más tarde y se dieron cuenta de la ausencia de Patel, por lo que dieron aviso a la policía. Tras dos horas de búsqueda su cuerpo fue hallado, y muy cerca de él se encontraba el oso, quien fue muerto a tiros por agentes de la policía.
En la zona también se encontró el teléfono celular de Patel con marcas de colmillos. El pasado martes la policía de West Milford mostró al público estas fotografías, tomadas segundos antes del ataque:
Una necropsia realizada al oso reveló que había ingerido tejidos y sangre humana. También se encontraron restos de ropa y sangre en sus patas.
Otra muestra más del respeto que debemos guardarle a la naturaleza. Quizá la historia hubiera sido muy diferente si Darsh y sus amigos hubieran seguido su camino en cuanto vieron al oso.