Noticias con las que no sabemos qué pensar. A principios de abril y debido a que el cierre de bares y centros de consumo de alcohol no funcionó para evitar que las personas se aglomeraran, el gobierno de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, anunció la temida Ley Seca.
En un principio sería hasta el 30 de abril pero, llegada la fecha, el periodo sin alcohol se extendió hasta el 30 de mayo. La cosa es que no todos estuvieron de acuerdo e incluso recurrieron a instancias legales para evitarlo a toda costa.
De acuerdo con una resolución retomada por medios locales, un ciudadano del municipio mexiquense, Ricardo “N”, presentó un amparo ante un tribunal federal para que se suspendiera la ley seca. El mencionado sujeto argumentó que la prohibición de fiestas y reuniones sociales no le impedía tomar de modo individual y así evitar el contagio de COVID-19.
¿Cuál fue la resolución?
Ooooobviamente rechazaron el amparo. El Segundo Tribunal Colegiado en el Estado de México negó suspender la ley seca debido a que si se concediera el amparo, se afectaría el orden público e interés social.
Ya con la negativa, el ciudadano necesitado de alcohol no se conformó y presentó un recurso de queja.
El Tribunal Colegiado le respondió que la prohibición de vender bebidas alcohólicas es una medida que no pone en riesgo la vida del quejoso, es decir, que le baje de intensidad ya que puede pasar la contingencia sin beber y no se va a morir. Esto tanto para él como para el resto de los habitantes de Nezahualcóyotl.
No, no es broma.
Además los magistrados coincidieron que a pesar del cierre de centros de reunión y bares, las personas seguían haciendo fiestas y reuniones privadas, por lo que la Ley Seca es necesaria al menos en lo que dura la emergencia sanitaria. Y ya, nada, sin comentarios.
Con información de El Universal y Milenio