Como todos sabemos en los últimos meses gran parte del mundo se ha unido en la guerra contra el Estado Islámico, ante los ataques terroristas que se han llevado alrededor del mundo. Rusia se encuentra dentro de los países que han declarado guerra en contra del Estado Islámico y han sido los más inmisericordes en sus ataques.
A pesar de esto Amnistía Internacional, condena los actos de Rusia como crímenes de guerra y es que desde que empezaron estos bombardeos, cientos de civiles inocentes han muerto. Según varios reportes los bombarderos rusos han atacado en zonas residenciales, atacando casas, mercados, instalaciones médicas y mezquitas.
“Estas incursiones muestran evidencia de violaciones de la ley humanitaria internacional” Declara Amnistía Internacional en su más reciente informe.
Los ataques rusos comenzaron el 30 de septiembre, bajo el argumento de que querían ayudar al principal aliado del Kremlin en Medio Oriente, el presidente sirio Bashar Al-Assad, a derrotar al Estado Islámico al igual que a otros grupos insurgentes.
Las autoridades rusas, han negado en varias ocasiones el haber atacado a civiles, asegurando que: Sus incursiones buscan evitar el bombardeo de áreas residenciales.
Estas acusaciones han nacido ante los reportes de varios observadores sirios, quienes reportan que los ataques aéreos rusos han cobrado la vida de al menos 200 civiles y cerca de una docena de combatientes desde el mes de septiembre a noviembre de este año.
El reporte entregado por Amnistía, se enfocó en 6 ataques en Homs, Idlib y Alepo, basados en entrevistas con testigos y sobrevivientes, así como en videos e imágenes tomadas en el momento de los ataques.
Hasta el momento, el Ministerio de Defensa ruso no ha hecho comentarios acerca de este reporte, mientras que la Cancillería rusa señaló que primero se debe hacer un estudio sobre le reporte antes de dar a conocer cualquier reacción oficial.
