Con las presiones nacionales e internacionales a todo lo que da, ya le tocó a AMLO y a su administración fijar una postura oficial sobre Venezuela en la conferencia mañanera de este jueves, 24 de enero. Citando cuatro principios constitucionales —no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias y respeto a los Derechos Humanos— el presidente de México dijo que “no estamos a favor ni en contra”.
Díganle tibieza, cautela, respeto internacional o como sus fobias y filias políticas personales quieran pero la política internacional de México para este sexenio se puede resumir en esta cita tomada directamente de la conferencia del pejidente:
“No vamos a entrar en especulación, no queremos confrontación y no queremos pleito, queremos amistá con todos los gobiernos del mundo”
Después de que López Obrador hablara un poco del tema, decidió cederle el micrófono a Marcelo Ebrard para darle un poco de agilidad a las declaraciones y evitar que cayéramos dormidos mejor comunicar los mensajes oficiales desde la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Ebrard mencionaba que su postura —nuestra, al final del día— es muy similar a la del Gobierno de Uruguay y a la de las Naciones Unidas pues, en síntesis, México va a promover la no intervención y ha hecho pública su disposición a “contribuir a cualquier proceso que lleve a paz y diálogo”. Al mismo tiempo, el canciller explicaba que las únicas medidas iniciales que se han tomado son para “reducir tensiones y rechazar cualquier tipo de violencia política”.
¿Y México sigue reconociendo a Maduro?
Este probablemente fue el momento más álgido de la conferencia, pero no pasó nada. Uno que otro reportero se atragantó con su atole ante la expectativa de una respuesta llamativa o escandalosa para poner de titular apenas llegara a la redacción, pero la respuesta de Ebrard fue bastante simple. En resumen, sí, México sigue reconociendo a Maduro pero tampoco es que le dieron un espaldarazo público.