¿A poco no han sentido que cada vez les alcanza para comprar más? ¿Cuando van al mercado o al súdper no sienten que sus bolsas van demasiado llenas? ¿Les falta fuerza para cargar con todo el mandado? Pues esa es la experiencia que —según el gobierno de AMLO en su conferencia mañanera— están viviendo los mexicanos. Sí, en junio de 2022.
Aseguró que el poder adquisitivo subió un 67% durante su sexenio.
Esta frase vino de la mano del secretario técnico del gabinete, Carlos Torres, que se presentó en la conferencia de Palacio Nacional para hablar de algunos datos socioeconómicos en México.
“En este gobierno el poder adquisitivo ha aumentado en 67 por ciento”, aseguró el funcionario del gobierno de AMLO. Después se soltó con algunos ejemplos utilizando el valor del salario mínimo como referencia. “Al principio del gobierno un salario mínimo alcanzaba para comprar 3.1 kilos de frijol, ahora alcanza para 4.6; en el caso del huevo se podían comprar 3.2 kilos de huevo, ahora 4.4”.
Finalmente dijo que en 2018 se podían comprar 6.5 kilos de tortilla con un salario mínimo y ahora alcanza para 9.1.
En su mismo mensaje habló sobre otros detalles de la economía: le echó flores al valor del peso frente al dólar, celebró los ingresos de las remesas, mencionó el precio de las gasolinas y dijo que la tendencia a la alza del precio del gas se estaba alivianando.
¿Y la inflación?
“La inflación es un fenómeno que ha afectado mundialmente en los últimos meses”, comentó el funcionario del gobierno de AMLO al admitir que la inflación subía más de 7.5%. “Donde tenemos el reto es en el componente de alimentos”.
Y como no tener un reto gigantesco. Miren nomás:
Mientras los precios de las gasolinas se mantienen medianamente estables con el subsidio nacional, la inflación en los alimentos es verdaderamente preocupante. De acuerdo con las cifras oficiales —que no se dijeron en la conferencia—, en este 2022, los alimentos han subido un 13.2%.
Productos como la tortilla han subido 16.6% en las estadísticas de inflación anual.
La organización “México, ¿cómo vamos?” ha alertado particularmente lo preocupante de este asunto y cómo afecta el poder adquisitivo de los mexicanos sí más del 40% se encuentra en pobreza laboral, o sea, que sus ingresos no alcanzan para comprar comida suficiente.
El coordinador del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM comentaba hace unas semanas, en un reportaje para El País, que más allá de los salarios mínimos el impacto real del poder adquisitivo se centra en la comida que podemos comprar. “Los mexicanos que ven encarecidos los alimentos optarán por productos de menor calidad, pero más baratos”, decía.
¿Y en eso como vamos? Pues parece que complicado.
De cajón, estadísticas oficiales del INEGI muestran que los mexicanos compramos 8% menos alimentos y abarrotes en los últimos meses.
Y además de eso, con decirles que la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) publicó recientemente un mensaje en el que mencionaban que las familias de México están comprando víscera, alita y pescuezo en lugar de pechuga, pierna y muslo de pollo.
