Después de sufrir dos meses repletos de chistoretes políticos, simulación, mítines desangelados y gasto al por mayor, por fin se terminaron las precampañas. ¿Por qué se habla de simulación? Porque, originalmente, en esta etapa del proceso electoral los precandidatos tendrían que haber buscado el respaldo de sus organizaciones, simpatizantes y militantes para lograr la nominación presidencial. Cosa que nunca pasó. En la práctica, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña, precandidatos únicos, ya tenían seguro su lugar en las boletas, por lo que sus actos fueron abiertos a la ciudadanía en todo momento.

Al final de estos dos meses, tanto Meade como Anaya aseguran haber alcanzado a AMLO en las preferencias y presumen un empate técnico con el político tabasqueño. Cada quien basándose en sus respectivas encuestas, por supuesto. Durante este periodo, también, nos tuvimos que recetar 11.1 millones de anuncios en la televisión y en el radio y los partidos recibieron cerca de mil 432 millones de pesos de financiamiento público. La opacidad y el derroche fueron la tónica de esta etapa: existen irregularidades entre lo que ingresó cada organización y lo que gastó.

A partir de este lunes 12 de febrero y hasta el próximo 29 de marzo, los partidos y los candidatos tendrán que guardarse, restringir sus actividades y no realizar actos anticipados de campaña. Aunque la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe) no estipula cuáles son las acciones que los precandidatos sí podrán hacer en el periodo de intercampañas, se entiende que estos no podrán llamar al voto en contra o favor de alguna coalición.

Y a todo esto, ¿ahora qué sigue en las intercampañas?

Aunque, en teoría, nos vamos a ahorrar las notas diarias de cada uno de los eventos de los abanderados, los cierto es que la spotiza va a continuar. En la intercampaña nos vamos a tener que engullir 6.8 millones de anuncios de partidos políticos y otros 6.8 millones por parte del Instituto Nacional Electoral (INE). Se supone que en esta etapa los candidatos no aparecerán en la publicidad, sino que esta se utilizará para posicionar la marca de las coaliciones y los partidos. Pero a la mera hora ya no se sabe. Los candidatos, eso sí, podrán seguir sosteniendo reuniones y ofrecer entrevistas. Por si creían que ya nos habíamos librado de ellos aunque fuera unas semanitas.

El INE, a través de un comunicado, indicó que tienen la facultad de “hacer respetar la ley” y evitar que algún partido o aspirante saque ventaja de cara a las elecciones, razón por la que solicitó que los contendientes realicen sus actos públicos y promocionales dentro de la normatividad. Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del instituto, advirtió que cualquier trasgresión a las restricciones legales podría ser considerado un acto anticipado de campaña, mismo que sería sancionadoincluso con la negativa de su candidatura por parte de esta autoridad electoral”.

Elecciones en Nayarit
Imagen: Shutterstock

En pocas palabras: lo que se puede y no se puede

1) Los candidatos pueden aparecer en medios de comunicación y dar entrevistas PEEEROOOO no pueden llamar al voto (a favor o en contra) ni ofrecer propuestas.

2) Pueden usar sus redes PEEEROOOO sin llamar al voto.

3) Pueden acudir a foros o reuniones privadas PEEEROOOOO sin llamar al voto.

4) Sus carotas no pueden aparecer en los spots.

5) No pueden realizar reuniones públicas con los partidos en los que busquen llamar al voto.

6) No pueden compartir propaganda escrita o grabaciones para obtener votos.

Al que no cumpla con estos puntos, dice el INE, “le toca tabla”.

Los Simpson: "Hay tabla"

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