Si las elecciones presidenciales de 2018 se celebraran el día de hoy, el candidato que se alzaría con la victoria sería Andrés Manuel López Obrador. Así lo dicen las encuestas más recientes: de acuerdo con el diario Reforma, Morena creció cinco punto porcentuales en enero respecto a su última encuesta, posicionándose en la cima de las preferencias electorales, con 27% de intención de voto. Los medios internacionales, como la publicación británica Financial Times (FT), consideran que —ahora más que nunca— el triunfo del político tabasqueño es posible.

Ya sea por la crisis económica, el marcado descontento social, los alarmantes niveles de violencia e inseguridad que azotan el país, la corrupción, el gasolinazo y/o los históricos bajos niveles de popularidad del presidente Enrique Peña Nieto, AMLO se ha convertido en una opción incluso para algunos sectores que le fueron renuentes en procesos electorales pasados. Con promesas como acabar con la corrupción, la ‘Mafia del Poder’ y tener un gobierno austero, López Obrador se ha vuelto un “abanderado en la lucha en contra de la corrupción endémica en México”, según el FT.

El líder nacional de Morena ha mejorado su posición en la carrera presidencial de 2018 al promover “un mensaje que resuena con los ciudadanos desfavorecidos e iracundos”, escribió la periodista Jude Webber, autora del artículo Mexico’s populist Amlo capitalises on economic woes. Dicen que si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea: López Obrador, denominado candidato antisistema por algunos comunicadores, es favorito —en este momento— pero tendrá que sobreponerse a sí mismo y sus deslices si quisiera llegar a Los Pinos, a diferencia de sus intentos en 2006 y 2012. 

¿El primer error de AMLO?

El pasado lunes 23 de enero, el líder nacional de Morena se reunió con un grupo “plural e independiente” de especialistas e intelectuales para escuchar sus opiniones sobre las propuestas incluidas en su libro más reciente. Este grupo recién conformado, indicó AMLO en su cuenta de Facebook, ayudará a elaborar el Nuevo Proyecto de Nación 2018-2024. El equipo será coordinado por el empresario Alfonso Romo Garza. La académica y activista Claudia Sheinbaum será la encargada de Política y Gobierno. Al grupo se suman: Adrián Rodríguez, de Economía y Desarrollo; la escritora Laura Esquivel, de Educación y Cultura y Esteban Moctezuma como el encargado de Desarrollo Social.

El nombre de dos de los nuevos colaboradores de AMLO han levantado cejas y fruncido señas en el ambiente pejista: Alfonso Romo y Esteban Moctezuma. El primero fue uno de los artífices de la llegada de Vicente Fox a la presidencia en 2000, aunque en 2012 se convirtió a la causa lopezobradorista. “Es el líder que México necesita“, comentó Romo sobre el líder de Morena hace cuatro años, a la vez que aceptó que había juzgado mal al político tabasqueño sin siquiera haberlo conocido y que se equivocó al considerarlo “un peligro para México” en el proceso electoral de 2006.

¿Qué significa el acercamiento entre AMLO y Esteban Moctezuma?

La politóloga Denise Dresser aseguró para FT que todavía falta mucho tiempo para las elecciones y que López Obrador debe moderar su discurso y postura radical para atraer a personas de “centro”, porque con el “voto de los enfadados” no le bastará para vencer. Parece que la conformación de este equipo está encaminada a satisfacer a esos sectores en los cuales el político originario de Macuspana no ha logrado incursionar. Aunque, claro, su decisión ha traído consigo posturas diversas.

En su columna de hoy, 25 de enero, en el diario El Financiero, el periodista Salvador Camarena menciona que el triunfo de López Obrador en las elecciones de 2018 parece —hasta ahora— más que cantado y que los únicos factores que se podrían atravesar entre su persona y Los Pinos son:

  1. Algunos de los famosos autogoles de AMLO.
  2. El azar.
  3. La posibilidad de que surja una situación y/o un(a) candidat@ que haga cambiar el humor social que hoy parece sonreírle a López Obrador.

De acuerdo con Camarena, el nombramiento de Esteban Moctezuma en el equipo de trabajo de AMLO puede considerarse como un autogolazo olímpico. El periodista indica que el economista y presidente ejecutivo de Fundación Azteca no pudo con el paquete de la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Desarrollo Social durante la administración del expresidente Ernesto Zedillo, además que fungió como coordinador de campaña de Francisco Labastida, quien “al ver que su coordinador ni pichaba ni cachaba llegó a declarar que el coordinador era él”.

Como si esto no bastara, Moctezuma está fuera de la administración pública desde 2000. Es decir, el encargado de redactar el proyecto de López Obrador en materia de desarrollo social se encuentra “fuera de la jugada” desde hace rato. El gran error, a decir de Camarena, es que el nombramiento de Moctezuma significa un guiño a TV Azteca, lo cual podría ahuyentar a varias simpatizantes pejistas “que sí han trabajado de manera seria en temas de política social”. Y, encima de todo, ‘Bajo Reserva’ (columna de trascendidos de El Universal) trata de explicar la inclusión de Moctezuma como un intercambio de favores. Ya que “don Esteban proyectó al tabasqueño a las grandes ligas de la izquierda mexicana ‘con la entrega a finales de 1994 de cajas llenas de información y pruebas del supuesto fraude electoral que orquestó Roberto Madrazo en Tabasco'”.

FOTOS: FACEBOOK

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