Los agarrones entre el expresidente Vicente Fox Quesada y Andrés Manuel López Obrador son anacrónicos. Las interacciones entre estos dos personajes difícilmente se podrían definir como debates, más bien podrían considerarse como un intercambio de diatribas. De ofensas, de acusaciones sin sustancia, de chistes fáciles, de insultos cotorrones que han perdido su lustre con el pasar de los años. En la última década y media han pasado del “cállate, chachalaca” al “dictador en potencia” con un chorrotal de ridículos y sinsabores en medio. Los roces comenzaron casi inmediatamente, por allá del año 2000, cuando Fox asumió su cargo como presidente de la República Mexicana y AMLO, a su vez, llegó a la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal. La primera bronca entre ambos líderes surgió después de que el político tabasqueño se mostrara renuente a aplicar el horario de verano en la capital. Después de llevar el caso hasta la Suprema Corte, el de la botas de charol ganó el primer round.

A este capítulo en la rivalidad le siguieron otros como las discusiones sobre la imposición del IVA en alimentos y medicinas y la implementación del Seguro Popular en la Ciudad de México. Entonces, Andrés Manuel aceptaba que había diferencias con Fox, pero que estas eran dentro de un “ambiente de respeto“. Después vinieron los videoescándalos que vinculaban a colaboradores cercanos de AMLO a presuntos actos de corrupción, las destitución de Marcelo Ebrard como secretario de Seguridad Pública de la capital —tras el linchamiento de dos policías federales en Tláhuac— y la trama del desafuero, solicitado desde la misma Procuraduría General de la República, dirigida por Rafael Macedo de la Concha. Al gobierno de López Obrador se le responsabilizaba de violar una orden judicial que exigía la suspensión de la construcción de una calle en un terreno expropiado años atrás por gobiernos anteriores.

¿Qué siguió? Luego de dimes y diretes, de aprobar el desafuero del titular del GDF y la renuncia de Macedo de la Concha, el proceso judicial contra López Obrador no procedió y se le permitió competir en las elecciones presidenciales de 2006. “Mi gobierno a nadie impedirá participar en la próxima contienda federal“, dijo Vicente Fox en un mensaje en cadena nacional en abril de 2005. En los meses que le siguieron a la trama del desafuero y ya metidos de lleno en las campañas, el presidente Fox participó activamente en el proceso electoral y se refirió al mismo en distintas ocasiones. La intensidad y animadversión entre ambos personajes creció durante este periodo al punto de llegar a ese “cállate, chachalaca” pronunciado el 15 de marzo de 2006 en Oaxaca.

De ahí a la fecha han surgido un titipuchal de apodos, insultos, motes y demás linduras entre el expanista Fox y el morenista AMLO.

Foto tomada del portal Animal Político

El nuevo capítulo en este entuerto involucra la situación actual en Venezuela y al presidente Nicolás Maduro. La cosa está así: Andrés Manuel López Obrador retó a La Mafia del Poder y a sus detractores a demostrar sus supuestos vínculos con el chavismo. Estas declaraciones fueron realizadas por el dirigente nacional de Morena el domingo 30 de julio, en el contexto de la votación para conformar la Asamblea Constituyente venezolana. AMLO tildó de “vil calumnia” y “acto desesperado de la Mafia del Poder” el hecho de que se le busque relacionar con Maduro y Hugo Chávez. De acuerdo con el oriundo de Macuspana, con esta afirmación, sus opositores buscan infundir miedo en los votantes con aquel cuento de que, en caso de que gane, se acabará la propiedad privada y se les despojará de sus propiedades y hasta se restringirá la cantidad de de hijos que las parejas podrán tener. “Nosotros no tenemos nada que ver con el gobierno de Venezuela, eso debe de quedar muy claro, pura calumnia”, dijo el aspirante presidencial.

Los dichos de Andrés Manuel fueron retomados en una nota del diario Reforma. El expresidente Vicente Fox aludió directamente a esta nota y le contestó a su némesis: “Que no es así lopitos? Tú demagogia, populismo es lo mismo. No tienes propuestas económicas sólidas, responsables. Dar, Dar y Dar lo q no es tuyo (sic)”. Un usuario de Twitter respondió el mensaje del expresidente con un meme de AMLO rotulado con la famosa leyenda “cállate, chachalaca”. Y ahí fue cuando todo se rompió.

Primero, emulando aquel comercial de consomé de pollo, el empresario guanajuatense indicó que AMLO “habla como mesías, se viste como mesías, actúa como mesías“. ¿Cómo carajos se viste un mesías? ¿No se supone que deben de llevar esos ropones de lana? Bueno, eso no es todo.  El guanajuatense todavía tenía algunas otras sorpresas guardadas por ahí. “(AMLO) es como Maduro un falso profeta, engañabobos. Olvidalo MX no es VZA. párale! (sic)”. El expresidente Vicente Fox despepitó todos los improperios que se sabe: “tulicata, chinche brava, vivora prieta, sanguijuela, lagartija, Falso Profeta, engañabobos. MX no es Venezuela. Tu eres Chavez-Maduro (sic)”, remató. Aunque todavía el dirigente nacional de Morena no se posiciona al respecto, no falta mucho para que tengamos un nuevo episodio entre estos dos. Los agarrones entre el expresidente Vicente Fox Quesada y Andrés Manuel López Obrador son anacrónicos.

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