¿Qué es la toma de protesta? ¿Qué dice el juramento? ¿López Obrador lleva 12 años practicando las palabras frente al espejo? ¿Si se traba no cuenta? ¿EPN sólo sobrevivió gracias a que traía apuntador? ¿La ceremonia es a fuerza o es pura faramalla?

Para ser el mero mero del poder político en el país se necesita cumplir con todos los procesos: AMLO ya besó bebés en las campañas, abrazó tías, habló en sus mítines, asistió a los debates, ganó el voto popular y ya le dieron su constancia. Con esto en el pasado, nomás le falta un último pasito.

Para alegría de sus simpatizantes, enojo de sus opositores e indiferencia de muchísimos millones de mexicanos, este 1º de diciembre, Andrés Manuel López Obrador se aventará en la Cámara de Diputados un juramento, le colgarán la Banda Presidencial —la verdadera— y será oficialmente el Presidente.

La toma de protesta es todo un ritual, después de todo, no es de a gratis que lleve casi 200 años activa de alguna forma u otra. Eso sí, vaya que ha ido cambiando hasta convertirse en lo que conocemos hoy.

Si quieres enterarte de las modificaciones, de su pasado religioso, aprenderte las palabras exactas —no vaya a ser— o recordar aquella vez que AMLO hizo la misma ceremonia para declararse presidente legítimo, acá te contamos todo lo que necesitas saber sobre lo que se dirá en la toma de protesta de este próximo sábado.

Artículo 87

El Capítulo III de la Constitución habla de las responsabilidades y obligaciones del Poder Ejecutivo. Ahí, entre una letanía de reformas y adiciones aparece el Artículo 87 que no se anda con enredos. Este artículo explica que al tomar posesión, frente al Congreso de la Unión el Presidente deberá decir la siguiente protesta:

“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”.

Las modificaciones

Los inicios de la protesta son completamente religiosos. La primera vez que se armó un juramento por el estilo, empezaban hablando de “la gracia de Dios y la Constitución”. Años después, en la Constitución de 1824, ya juraban “por Dios y los Santos Evangelios”Menos mal.

Aunque esa idea eclesial con los años se les quitó, si se quedaron con el concepto de tener una frase armada y recitada.

En la Constitución de 1857 el juramento cambió por algo más institucional en su Artículo 83: “Juro desempeñar leal y patrióticamente el encargo de presidente de los Estados Unidos Mexicanos, conforme a la Constitución y mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”.

Con la llegada de la Constitución de 1917 apareció un mensaje más normalito. De hecho, es el mensaje que hoy conocemos y el que dará Andrés Manuel este 1º de diciembre.

¿Y si se le olvida? ¿Y si se traba?

En la Revista Mexicana de Derecho Constitucional de la UNAM, explican que en términos legales, es puro show. Con palabras más serias, “se trata solamente de un rito sin consecuencias constitucionales”. Bajo ese análisis, el presidente iniciaría su gestión con o sin protesta.

Si le falla, si se traba o si decidiera no participar en este evento —que no es el caso con Andrés Manuel— lo único reprochable sería el oso, porque presidente seguro sí va a ser.

López Obrador ya tiene “experiencia”

En 2006 tuvimos dos ceremonias de toma de protesta. Por un lado, Felipe Calderón hizo su juramento al modo tradicional en medio de la rechifla de la Cámara. Por el otro, López Obrador organizó su propia toma de protesta como “presidente legítimo”.

Seguro se acuerdan.

En un día en que el peinado no le ayudó y rodeado de colaboradores, simpatizantes, porristas y mirones, López Obrador recibió de Rosario Ibarra de Piedra una banda presidencial patito —con otro símbolo— y rindió protesta en el Zócalo. Ese día, sin embargo, sí cambió las palabras de la protesta como están en la Constitución:

“Protesto cumplir y hacer cumplir la constitución general de la república, desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente legítimo de México. Me comprometo a proteger los derechos de los mexicanos, a defender el patrimonio, la soberanía nacional y a procurar la felicidad del pueblo. Y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”.

¿Le agregará esta vez alguna frase directamente de su cosecha? ¡Corren las apuestas!

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