Ya nomás le falto decir “Sí, pero yo lo digo con gracia”… el caso es que una de las acciones que eran de las más presumidas del gobierno de AMLO, no ha sido tan contundente como se pensaba.
“Yo soy un convencido de que el principal problema de México era la corrupción. Y sí, continúa habiendo corrupción, pero ya no es lo mismo”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) durante la mañanera de ayer, 20 de octubre.
De acuerdo con el mandatario, la diferencia entra la corrupción de otros gobiernos y la del suyo es que, la de antes, estaba “orientada por completo” al saqueo… ajá, ¿entonces, la de ahora nomás tantito?
Bueeeeno, según AMLO, sí, hay injusticias todavía… pero la diferencia es que ahora la corrupción está calificada como delito grave. Y ya, esa es la diferencia.
“Ya no se condonan impuestos. Estamos hablando de 200, 300 mil millones al año de condonación de impuestos, los de arriba no pagaban impuestos, me canso de decirlo, porque además puedo probarlo. Las grandes empresas, los bancos, no pagaban impuestos y, si pagaban, se los devolvían. Todo eso ya no existe”, presumió el presidente.
Sin hablar de casos de evidente influyentismo dentro de su gobierno (el más reciente, la designación del hijo de Alejandro Encinas como subsecretario de Comercio Exterior), AMLO aseguró que su administración está acabando con los traficantes de influencias. Por eso, diiiicen, hay tantos ataques contra su gobierno.
“Han desatado campañas de desprestigio, guerras sucias, cuando no es el plan del señor X es el ‘Plan Chachalaca’, o el ‘Plan Guacamaya’ o el ‘Plan Zopilote’ o el Pejeleaks, y ahí deben de estar pensando en otro”.
Aunque, entonces, se ve que la corrupción no tiene ni tendrá fin, AMLO asegura que ya se plantaron las acciones para terminar con ella. Nomás que apenas están arrancando. Y quién sabe cuánto vaya a sentirse por completo el cambio.
“Entonces, se necesitaba esta transformación acabar con privilegios y poner como protagonista principal al pueblo de México. Por el bien de todos, primero los pobres”.
AMLO concluyó asegurando que, no importando quién sea su sucesor (o sucesora), el cambio que él comenzó ya no tiene marcha atrás. “Ya se echó a andar este proceso, pero lleva todavía más tiempo. Nos faltan 23 meses, menos de dos años, pero vamos a hacer todavía muchas cosas”.