Andrés Manuel López Obrador prefiere que lo presenten como dirigente nacional de Morena, en lugar de que lo consideren candidato presidencial. No importa que el oriundo de Macuspana, Tabasco, sea el único aspirante que tiene su plaza segura rumbo a los comicios de 2018; o que lleve más de una década en plena e ininterrumpida campaña presidencial.

Por aquello de los actos anticipados de campaña y las potenciales quejas que podría presentar el Instituto Nacional Electoral (*cof cof* Rafael Moreno Valle *cof cof*), López Obrador es el orgulloso líder de la organización autodenominada de izquierda que gana simpatizantes a cada momento. AMLO es  también el rey del eufemismo: en lugar de hablar de mitines y eventos políticos con fines proselitistas, se refiere a los largos viajes que hace a través de toda la República Mexicana como recorridos “para que no se apague la llama de la esperanza“.

Andrés Manuel no pisaba las instalaciones de Televisa desde hace más de cuatro años; y pareciera que en su participación en el noticiario de Carlos Loret de Mola, este miércoles 7 de diciembre, se limitó a repetir las frases hechas de los spots televisivos del partido que dirige; anuncios convertidos en propaganda personal. En el encuentro, se le preguntó sobre su salud, la Mafia del Poder, su percepción sobre el presidente electo de Estados Unidos y hasta la posibilidad de una alianza con el presidente Enrique Peña Nieto.

El candidato antisistema

A propósito del triunfo electoral de Donald Trump, el comunicador Loret de Mola cuestionó a Andrés Manuel al respecto: “¿usted es el candidato antisistema en México?”. AMLO contestó que se considera en contra del “régimen corrupto”, y que piensa que hace falta un cambio verdadero. “Si eso es ser antisistema, pues sí, soy antisistema“. De acuerdo con el político de pasado priista y perredista, se puede estar contra el sistema, aun formando parte de éste: “el objetivo nuestro es transformar, no los cargos”.

El político que “mandó al diablo” a las instituciones en septiembre de 2006, aseguró en el diálogo que no busca el “poder por el poder” o por la “ambición al dinero”; sino porque falta una transformación en el país. Para el otrora presidente del Partido de la Revolución Democrática, Agustín Basave, esta condición de outsider y candidato antisistema podría —finalmente— jugar a favor de AMLO, debido al desencanto que tiene la ciudadanía por la clase política.

Según el texto publicado en febrero de 2015, la ambigüedad de AMLO es ahora su gran fortaleza. Esa indefinición—entre formar parte de las instituciones y supuestamente estar al margen—resulta atractiva para la “vertiente no rupturista”. Para el escritor y periodista Rafael Pérez Gay, por el contrario, ‘El Peje’ es un excelente candidato, aunque no por las razones correctas:

  • Es la voz cantante de su partido.
  • Su liderazgo es totalmente vertical.
  • No acepta debate alguno.
  • Lleva años y años haciendo campaña sin aceptarlo públicamente.
  • Tampoco es transparente respecto a los fondos con los que realiza sus actos de promoción.

Para el ensayista y académico mexicano Jesús Silva-Herzog Márquez, las virtudes del líder de Morena y autodenominada “autoridad moral” recaen en que, al menos en la apariencia, las motivaciones de Andrés Manuel son distintas a las de las demás organizaciones políticas; además de utilizar, conforme a la necesidad, su pertenencia —o falta de— a las instituciones.

¿Qué razones podrían llevar al político tabasqueño a salir victorioso en las elecciones de 2018? Justamente el desgaste de las instituciones y el cansancio de la sociedad respecto a los políticos tradicionales. Según María Amparo Casar, socióloga especializada en política mexicana, la actual administración del Gobierno Federal, con sus políticas y los resultados generados, le está ‘poniendo la mesa’ a López Obrador.

¿Qué se podría interponer entre AMLO y la silla presidencial? La campaña en su contra tiene tintes similares a la desplegada antes de las elecciones de 2006. La consigna “López Obrador es un peligro para México” sigue resonando en los spots publicitarios del Partido Acción Nacional. De acuerdo con la autora de Anatomía de la corrupción, 7 de cada 10 anuncios del PAN y el PRI hablan sobre Andrés Manuel.

Aun así, probablemente, la amenaza más peligrosa que enfrenta López Obrador en su tercer intento por ocupar Los Pinos es él mismo. Según el acutal gobernador de Morelos, Graco Ramírez, la derrota de AMLO en 2006 se debió a su arrogancia y no hacer caso a las recomendaciones de su equipo. De acuerdo con Luis Costa Bonino, exdirector de campaña del líder de Morena, la derrota electoral del tabasqueño en 2012 también se debió a la soberbia del candidato de las izquierdas.

Estamos a año y medio de saber si López Obrador volverá a meterse el pie, o si terminará por vencerse a sí mismo y a sus vicios recurrentes.

FOTOS: GETTY IMAGES, FACEBOOK

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