Aunque muchos nomás lo comen como tentempié, en su accesible presentación “alegría”, especialistas aseguran que el amaranto podría ayudar a erradicar los niveles de desnutrición que hay en varias comunidades de México. Por ello, pedirán a AMLO que el producto prehispánico sea incluido en la canasta básica.
De acuerdo con La Jornada, durante el anuncio del Primer Congreso Mundial del Amaranto (el cual se realizará en Cholula, Puebla en octubre… por si le quieren caer), el rector de la Universidad Autónoma Chapingo, el doctor Sergio Barrales adelantó que especialistas de la institución que representa, así como del colegio de Posgraduados (campus Puebla) y el Instituto Tecnológico del Altiplano de Tlaxcala, solicitarán a Andrés Manuel López Obrador que el amaranto forme parte de la canasta básica del país.
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— La Jornada (@lajornadaonline) 29 de agosto de 2018
Las razones son muy simples: varios estados de la República cuentan con las condiciones necesarias para su cultivo y, además, la planta aporta 50% de la ingesta recomendada de proteínas. En resumen, con el incremento de su producción y distribución, se evitaría la desnutrición en el país.
“La proteína del amaranto aporta aminoácidos esenciales que a su vez contienen lisian que ayuda al crecimiento y buen funcionamiento del organismo, además genera anticuerpos, facilita la obtención de energía y formación de nuevas proteínas (…) [además] el amaranto representa un aprovechamiento integral y se puede convertir en una actividad productiva y competitiva dentro de los mercados nacionales e internacionales, debido a que una de sus mayores ventajas es su adaptabilidad en distintas zonas y ambientes”, explicó el rector universitario.
Según Sergio Barrales, sólo en Veracruz, Puebla, Chiapas, Oaxaca, Estado de México, Oaxaca y Guerrero se concentran 28.5 millones de personas en situación de pobreza que padecen deficiencia alimentaria. De este número, cerca de 706 millones son niños y jóvenes. El amaranto representaría una alternativa efectiva para alimentar a las familias, sobre todo a aquellas asentadas en comunidades que registran pobreza.
De ser aceptada la propuesta de incluir al amaranto en la canasta básica, explicó Barrales, se podrían establecer cooperativas en comunidades con problemas alimenticios, esto para facilitar la distribución del producto. Además, se podrían establecer unidades de producción a nivel familiar que les permita obtener alimento. No sólo el amaranto, sino de otro tipo. Así que la chamba estaría en generar los mecanismos para obtenerlos (los alimentos) de manera rápida.
Como el actual gobierno ya nomás está presumiendo en spots sus grandes logros, se prevé que la solicitud en cuestión se realice durante la próxima administración, a través del secretario de la Sagarpa, Víctor Villalobos Arámbula. El requerimiento lo harán no sólo académicos, sino también productores, quienes seguramente se comprometerán a que el la versátil semilla se distribuya a nivel nacional.