Aprovechando que los estados del sur no están en semáforo rojo (como la CDMX, Estado de México y Baja California), el presidente Andrés Manuel López Obrador anda de gira por esos lares supervisando las obras del tan polémico Tren Maya.
Y es que ya sabemos muy bien que AMLO no tiene ningún tipo de plan de frenar la construcción del Tren Maya pese a las constantes opiniones que prevén un daño importante al medio ambiente y a las comunidades de esas zonas, por lo que eso no está a discusión para el Presidente. Él, de hecho, ya anda pensando como “blindar” su obra para que, una vez terminada su administración, nadie pueda privatizarla.
AMLO afirmó lo anterior durante la conferencia de prensa que encabezó tras la supervisión del tramo 1 del Tren Maya, Palenque-Escárcega —acompañado por el Gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, y el director del Fonatur, a cargo de la obra, Rogelio Jiménez Pons—, luego de informar que éste quedará terminado en año y medio.
“Este tren va a integrar al sureste: a Tabasco, a Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo… es, en efecto, la obra de infraestructura en comunicaciones más importante en mucho tiempo“, indicó. “Vamos a firmar un convenio el domingo en Tulum y ahí voy a hablar de cómo vamos a operar el Tren Maya“.
Y luego de echarle hartas flores a su consentida obra, aseguro que lo más importante de dicho convenio será sentar las bases para evitar su privatización. “Primero, cómo vamos a garantizar que no se privatice, que esté quien esté en el Gobierno no pueda privatizar, que no con el cambio entre la tentación de que ‘vamos a concesionarlo’ y empecemos de nuevo con la política neoliberal que tanto daño causó”, dijo.
Pobladores le piden que reubique las vías del Tren Maya
Pero aunque AMLO se la pasó presumiendo en su gira el bien que le hará a todos los estados del sur la construcción del Tren Maya, algunos parecen no estar muy de acuerdo con él. Según información de Reforma, pobladores de al menos tres barrios de Campeche (Santa Lucía, La Ermita y Camino Real) interceptaron la camioneta del Presidente para entregarle una carta donde solicitan que se reubiquen las vías del Tramo 2, Escárcega- Calkiní.
“Cada uno de los vecinos tenemos posturas distintas, pero todas y todos coincidimos en defender nuestro patrimonio y barrios que hemos habitado por tantas generaciones“, dijeron, pues le aseguraron que los amparos interpuestos no son contra la obra en sí, sino contra la amenaza de ser desalojados.
Uno pensaría que AMLO podría tomar en cuenta este tipo de peticiones, pero en la conferencia donde habló de este segundo tramo no hizo mención alguna de ellas, de hecho, aseguró que su gran compromiso es no dejar obras inconclusas al finalizar su gobierno (en pocas palabras, no hay fuerza en este mundo capaz de hacerlo detener o alterar la construcción de su amado tren).
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