Existen fechas que se quedan en la memoria colectiva para señalarnos cuál es el rumbo que debemos tomar ante la necesidad armamentista de “los grandes poderes” para apropiarse de una región, en defensa de su orgullo, por el afán de una victoria, con ayuda de las armas nucleares:
El seis y nueve de agosto de 1945, las bombas nucleares Little Boy y Fat Man cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki mostrando —además de los alcances de la ciencia— la capacidad destructiva de los seres humanos.
Al menos 80 mil personas perdieron la vida el día de la detonación de Little Boy en Hiroshima y cerca de 40 mil fallecieron en Nagasaki.
Finalmente, alrededor de 214 mil personas fallecieron a causa de las bombas —cáncer, leucemia, alteraciones en el ADN y aberraciones cromosomáticas fueron algunos de los males que tuvieron que enfrentar—.
En pleno siglo XXI, la sombra de las armas nucleares y los discursos de poder continúan rondando. Pero, no sólo se trata de Corea del Norte o Irán, países que están bajo la lupa de Naciones Unidas por sus actividades y pruebas nucleares, sino de viejos expertos en el tema como Estados Unidos o Rusia.
Bombas y arsenales nucleares
Un arma de este tipo se nutre de la energía nuclear y en su catálogo entran los misiles balísticos intercontinentales —como los que presumía Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte—, los misiles balísticos de lanzamiento submarino, los bombarderos de largo alcance, los portadores de misiles de crucero subsónicos, súpersónicos e hipersónicos.
En la Segunda Guerra Mundial, la experimentación de los aliados sació su curiosidad para saber cómo sería la detonación de una bomba atómica, cuáles serían sus implicaciones y si con esta afianzarían la victoria: Estados Unidos fue el primero en probarlo con la bomba Trinity, en julio de 1945, en Alomogordo, Nuevo México.
Desde ese momento, de acuerdo con la ONU, se han hecho alrededor de dos mil pruebas con armamento nuclear.
¿Existen amenazas?
En la Guerra Fría, la historia del antagonismo entre Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) desató una competencia peligrosa entre ambas naciones. Sin embargo, a este rollo también le entraron Francia, Reino Unido, Pakistán y hasta Israel.
Hoy en día, otros países se han sumado a la lista de los países con más poderío en cuanto a armas nucleares: China, India y Corea del Norte.
Pero, ¿qué hay de Irán?, ¿por qué Corea del Norte ha llegado a ser una amenaza?
De acuerdo con el Instituto Internacional de Estudios para la Paz en Estocolmo (SIPRI), Estados Unidos y Rusia son los países que acumulan más armas —la cifra se calcula entre seis mil 800 y siete mil, respectivamente—.
Al paso salen Francia, China y Reino Unido. Pero nada se compara con el hecho de que entre el gobierno de Vladimir Putin y Donald Trump se encuentran el 93% de las armas nucleares.
En cuanto a Irán se trata de una amenaza que preocupó a occidente, pues el gobierno comenzó con los trabajos y la investigación de armas nucleares. Para cancelar esta “amenaza”, en 2015 se firmó un acuerdo entre Rusia, China, Reino Unido, Francia, Estados Unidos e Irán para que cesara su programa nuclear a cambio de que se levantaran las sanciones económicas.
Ya con los intereses puestos en la balanza, Europa pudo interceder en los negocios con Teherán, hasta que este año Donald Trump intervino y se salió del pacto, apoyado por Israel. El objetivo era presionar a Irán y a los países que firmaron el pacto para reducir la vigencia del acuerdo y que Teherán deje de “patrocinar” a grupos terroristas y… suelte su uranio.
Y, ¿Corea del Norte?
El país cuenta con diez o 20 cabezas nucleares, el año pasado presumió que había desarrollado los misiles balísticos internacionales para defenderse del asedio del gobierno de Trump.
El 2017 se pasó entre amenazas, sanciones económicas contra el país asiático y la presión de la ONU para el desarme nuclear, en una zona donde continúan vivas las rencillas internacionales y el nacionalismo. Sin embargo, el 12 de junio pasado se llevó a cabo la reunión entre Kim Jong-un y Donald, con la promesa de un pronto desarme… a cambio de que se levanten las sanciones.
Hace unos pocos días esta reunión parecía imposible, pero Donald Trump y Kim Jong-un se han reunido para hablar de la desnuclearización de Corea del Norte, esto es lo que debes de saber pic.twitter.com/IWXHu63Owp
— Sopitas (@sopitas) June 12, 2018
Pero hasta el momento, las noticias no son positivas, pues si bien Corea del Norte ha permitido la entrada de observadores de la ONU a sus centros nucleares, no se ha confirmado el desarme total y Trump no cede, ni tampoco Kim Jong- un.
¿El futuro?
En “Cuadernos de Hiroshima”, Kenzaburo Oé, quien acudió a Hiroshima días después de la bomba para hacer un reportaje, reflexiona sobre la capacidad destructiva del hombre y lo peligroso del discurso de “victoria”. ¿Era necesario lanzar una bomba cuando la guerra estaba prácticamente ganada por los aliados?
¿Por qué dejó de ser prioridad la vida de miles de personas? Sus reflexiones también rondan en nuestros días y deja el espacio para que en medio de la parafernalia militar, nos detengamos y se eviten tragedias como en Hiroshima y Nagasaki.