No han comenzado los entrenamientos y ya se vislumbra cómo estará el ambiente en la ya muy próxima Copa del Mundo: este lunes se realizó la concentración de los jugadores de la selección brasileña en desde horas antes ya los esperaban multitudes… pero no de fans, sino manifestantes.
Ni Neymar, Hulk o Thiago Silva pudieron evitar pasar entre los manifestantes que se encontraban a las afueras del hotel donde se reunieron para concentrarse en Teresópolis. Maestros y personas vinculadas a las redes educativas -municipales y estatales- que ya están en huelga protestaron contra los gastos del Mundial.
Al momento de salir el autobús con los 22 seleccionados nacionales, lejos de la samba o cánticos de apoyo, los jugadores fueron abucheados e incluso se arrojaron latas de refresco y otros objetos al vehículo que ya iba “decorado” con decenas de letreros en los que leía: “no habrá Copa”.
La huelga de los profesores comenzó este 12 de mayo: entre sus peticiones está un aumento salarias de 20% y reducción a 30 horas su jornada laboral semanal. “¡No me interesa la Copa! ¡Quiero más dinero para la salud y la educación!”, fueron algunos de los gritos que se escucharon en Granja Comary, lugar de concentración de la selección brasileña. Sitio cuyo costo fue de 6.75 millones de dólares, financiados por la Confederación Brasileña de Futbol (CBF).
Pese a los avisos de la presidente Dilma Rousseff de que nadie iba a colocar una mano en las delegaciones representantes, la primera prueba falló. Los policías que resguardaron el lugar de llegada de la verdeamarela no fueron suficientes. Por suerte –indican periodistas- las cosas no pasaron a mayores, ya que sin ningún problema los manifestantes podían haber invadido el paso de los jugadores.
Por tal motivo, pese a estar en casa y poder recibir el apoyo de sus aficionados, los jugadores brasileños estarán aislados por completo: el acceso a su concentración fue bloqueado a un kilómetro y medio de distancia. Imágenes de los seleccionados sólo serán posibles vía helicóptero o para prensa acreditada.
Por su parte, el técnico brasileño, Luiz Felipe Scolari, declaró que las protestas no deben preocupar a sus pupilos: “El que tiene que construir carreteras no es el futbolista, tampoco la CBF, sino el gobierno. Nosotros sólo tenemos que explicar que la función de ellos es jugar a la pelota”. En tanto, Alberto Parreira, coordinador técnico, confió que una vez que inicien los juegos la gente apoyará a su selección.