El joven talento mexicano tiene las miras puestas en el planeta rojo. Resulta que, con todo y que las clases a distancia se han complicado, un grupo de estudiantes del Tec de Monterrey y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) diseñaron —nada más— un vehículo para explorar la superficie de Marte.
Y como si eso no fuera suficientemente genial, lo bautizaron como… ¡Roverto!
El proyecto, que casi nada le pide a nuestros volcanes de plastilina, es un carrito autónomo que se está preparando para competir en dos competencias internacionales: el Canadian International Rover Challenge y el University Rover Challenge.
Además, como les contábamos, Roverto —JAJAJA— es todo un trabajo de colaboración entre estudiantes de dos universidades distintas.
A esta aventura del vehículo para explorar Marte le entraron 29 alumnos que estudian en el Tec de Monterrey Campus Estado de México (CEM) y en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Y al final, le entraron de un chorro de áreas distintas: mecánica, electrónica, control, ciencias biológicas, telecomunicaciones, negocios y comunicación.
“Estamos muy agradecidos con el apoyo que hemos recibido por parte de nuestras escuelas cada uno de los miembros de este equipo, ya que todos aportamos algo que hace posible hoy este proyecto”, contaba Michelle Sánchez, una de las estudiantes involucradas.
El equipo, por cierto, se llama Quantum Robotics y puedes seguir sus avances en su página de internet de qrteam.space o checarlos en Instagram como @qrteam.cem
¿Y cómo funciona Roverto?
Obviamente, lo chido de este proyecto no solo era el nombre. Al tipo Perseverance u Opportunity, el vehículo de Marte que crearon los estudiantes de México incluye muchísimas herramientas que lo dejarían navegar por el planeta rojo.
Tiene un sistema de suspensión para aguantar los baches marcianos y sensores para identificar gases tóxicos.
También tiene un mecanismo para almacenar muestras de la superficie que funciona gracias a un brazo mecánico con seis ejes de movimiento que le permite “sostener y manipular objetos”. Suena bastante bien, ¿no?