Día de la democracia, el que vivimos ayer… dijo nadie, nunca. Primero tuvimos la elección interna del nuevo líder nacional del PRI, con Alejandro Moreno como adelantado ganador y, luego, nos enteramos de los resultados de los comicios presidenciales en Guatemala.
¿Y allá, quién ganó? Pues, según los resultados preliminares, el conservador Alejandro Giammattei fue el ganador de unas elecciones en las que apenas si uno que otro fue a votar. Según los medios internacionales, los comicios de ayer en Guatemala tuvieron una participación de apenas el 42% del electorado.
El derechista Alejandro Giammattei será el nuevo presidente de Guatemala al ganar por goleada las elecciones de este domingo en las que obtuvo el 58,1% de los votos https://t.co/HZQkNiLrQj
— EL PAÍS (@el_pais) August 12, 2019
Pero, haiga sido como haiga sido, Giammattei se impuso a su más cercana contrincante, la exprimera dama guatemalteca, Sandra Torres, quien rascó el 41.8% de los votos… ah, por cierto, el nuevo presidente llegará al poder con 58% de los votos. Es decir, con apoyo de poquito más del 20% del total de votantes en Guatemala.
De acuerdo con El País, la cuarta fue la vencida para Giammattei: exjefe de prisiones en Guatemala, el candidato llevaba tres intentos fallidos por alcanzar la silla presidencial… y hasta que se le hizo: en enero próximo se convertirá en el sucesor del olvidable Jimmy Morales, uno de los presidentes con la tasa de popularidad más baja del continente.
“Yo no voy a ser el primer mandatario sino el primer servidor de la nación. No vamos a ser los gobernantes perfectos, pero vamos a ser los gobernantes correctos para transformar el país”, prometió Giammattei en su primer discurso como presidente electo de Guatemala.
Según los especialistas, la baja participación del electorado en el proceso presidencial se debe a que, tanto Alejandro Giammattei como Sandra Torres, no eran candidatos que llenaran el ojo del votante: “Sandra Torres es la representante más conspicua de la vieja política, mientras Giammattei solo es una persona obsesionada por el poder, sin más meta que alcanzar la presidencia sin ningún programa de gobierno”, señaló para El País el analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, Luis Linares.